1. Una madrastra insaciable (17)


    Fecha: 14/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... Siento que mi cuerpo me traiciona, como siempre. Los senos se hinchan, los pezones se endurecen. ya estoy lista para otro polvo. No puedo ser tan puta. Igual, me prometo que me voy a contener.
    
    Abro el ropero. No tengo muchas ganas de vestirme, pero igual lo hago. Me pongo un vestido liviano, negro, de esos que me llegan justo por arriba de las rodillas. No tiene escote, pero me marca todo. Ya está. ¿Qué voy a hacer? ¿Vestirme como una monja para que no me miren más? No sirve de nada. Ya lo entendí. Ya sé que no importa cómo me vista, ni cómo camine, ni cómo hable. Si me desean, lo van a hacer igual.
    
    Me pongo unas sandalias y camino hasta la cocina. No hay nadie. Ni ruidos. Ni una taza sucia, ni una puerta entreabierta. ¿Dónde están? ¿Se habrán ido? ¿Se habrán escapado de mí? No, no creo. Aunque, si me pongo a pensarlo bien, Julián anoche estaba raro. Más raro de lo normal. No solo por lo que me hizo, cosa que podría haberlo hecho cualquier imbécil sin experiencia ni delicadeza. No, había algo más. Me miraba como si no supiera si quería cogerme o matarme.
    
    Matías es distinto, es más simple, más animal, más práctico. Él se entrega al deseo sin pensarlo tanto. Julián no. Julián piensa, duda, se reprocha. Julián me parte el alma. Sé que probablemente lo estoy transformando, para mal. Que la experiencia que está teniendo conmigo puede llevarlo a tener una idea equivocada de las mujeres. Pero ya es tarde para pensar en eso. Desde un principio no tenía que haber hecho nada ...
    ... con él. Ni con Matías, ni con Lucas.
    
    ¿De qué me servía haber sido fiel por tanto tiempo, si ahora hice en un día lo que la mayoría de las mujeres no harían en toda su vida?
    
    Agarro una taza, me sirvo café. No es gran cosa, pero está caliente. Me siento en una de las sillas del comedor. Cruzo las piernas. El vestido se sube un poco. Me da igual. Si entra alguien, que mire. Igual, ya miraron todo, ya tocaron todo, y ya entraron por todas partes.
    
    Recuerdo a los dos sometiéndome en la cama matrimonial. Mi cuerpo reacciona a ese recuerdo. ¿Tan fácil soy? ¿Nunca me voy a poder escapar de estos impulsos autodestructivos? Me repito que esta vez me controlaré. Que por más que ellos quieran hacer algo, se los voy a negar. Pero no me voy a encerrar en mi cuarto de nuevo. No voy a vivir como presa solo por miedo a caer otra vez en sus manos.
    
    El café me calienta las manos. Miro la taza como si pudiera encontrar respuestas ahí adentro. Pienso si alguno de ellos va a venir. Pero por ahora nadie lo hace.
    
    Me levanto de nuevo, sin saber bien qué hacer. Camino por la casa. El silencio me desespera un poco.
    
    De repente me percato de que ninguno regresó en la madrugada. Estaba tan cansada, que ni me acordé de poner la puerta con llave. ¿Ninguno pensó en entrar y violarme mientras dormía? Una violación que apenas me despertara se convertiría en una relación consentida, claro. Darme cuenta de esto me decepciona un poco. Parte de mí quería que lo hicieran.
    
    Porque aunque me usen, ...
«1234...9»