Mamá follando desnuda en la playa - Relatos Eróticos

Mamá follando desnuda en la playa

... vez, y, ante un movimiento de asentimiento de mi cabeza, continuó:

·No se lo rompiste, simplemente se lo dilataste para que yo alternara con mi polla entre su coño, su culo y su boca.

·¿Recordaba que había sido su hijo el que la dio por culo?

Volví a preguntarle y me respondió sin darle ninguna importancia:

·¿Recordar? Tu mami ni se lo planteaba, solo quería follar y follar, y, si hubiera estado allí todo un batallón de soldados, se los hubiera follado a todos muchas veces.

·¿Habéis estado follando hasta ahora?

·Prácticamente. Creo que a veces echábamos una cabezada y el primero que se despertaba se follaba al otro.

Tan agotado estaba la noche anterior que dormí tan profundamente que, desgraciadamente, no los escuché copular, pero lo que más me dolía era que no hubiera estado allí, no escuchando ni mirando, sino actuando, follándome a mi madre por todos sus agujeros una y otra vez, mientras la estrujaba y mordía las tetas y el culo. Si yo no había aguantado y él y mi madre sí, no era por falta de deseo por mi parte sino porque ellos habían ingerido algo más que alcohol, mucho más, algún tipo de droga afrodisiaca que les mantuvo en un estado alterado más tiempo.

Me fijé en los ojos de “el polla gorda” y tenía las pupilas dilatadas, muy dilatadas, dándole un aspecto que no era de este mundo.

Echando una ojeada al reloj que estaba colgado en la pared, me di cuenta que ya eran más de las cinco de la tarde y que mi padre vendría esa misma noche.

·No ...

... te preocupes que esto no ha terminado y, antes de que venga tu papi, nos la vamos a beneficiar tú y yo un montón de veces.

Me dijo “el polla gorda” al verme mirar la hora.

En ese momento escuchamos unas arcadas muy violentas que venían del interior de la vivienda.

·No ha debido digerir bien toda mi leche.

Me dijo “el polla gorda” guiñándome un ojo, y me di cuenta que se refería a mi madre. Las arcadas eran de ella y el comentario me confirmó que se la había follado por la boca, que le había comido la polla, haciendo que se tragara el esperma, su leche, lo que me provocó una sensación primero de morbo y luego de asco. Cada vez que mi madre me besara me imaginaría su boca rebosante de la lefa del tipo.

A continuación escuché correr el agua de la ducha y se me puso la polla gorda solamente imaginándomela desnuda bajo el chorro y el agua entrándola por su coño, por su ano, por su boca, por todos sus agujeros, y deslizándose entre sus nalgas, por sus tetas, por sus muslos, por sus caderas, por todas sus curvas.

Y mientras estaba sumido en mis lujuriosas ensoñaciones, me di cuenta que “el polla gorda” me miraba divertido mientras se tomaba sorbo a sorbo su café. Estoy seguro que sabía lo que estaba pensando, leía en mi mente como si fuera un libro abierto.

Escuchamos cerrar el agua de la ducha y, después de unos pocos minutos, abrirse la puerta del baño, apareciendo en la terraza mi madre envuelta en una toalla de color crema y en su cabeza otra.

La toalla ...