1. Nicky: no toques a mi hija 12


    Fecha: 17/10/2025, Categorías: No Consentido Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... Estoy seguro de que crees que es muy divertido andar calentando hombres por donde quiera que pases ¿Te gusta hacerlo? ¿Te gusta calentar a papá? - preguntó el hombre, sonando como un loco, haciendo que un escalofrío horrible me recorriera el cuerpo mientras me daba cuenta de lo que pretendía hacer, de que pretendía fingir que era su hija y que él estaba castigándome de alguna manera.
    
    Mi llanto se hizo mucho más intenso y considerablemente más sonoro mientras lo sentía entrando en mi cuerpo, de una manera forzada y dolorosa, pues yo no había lubricado ni siquiera un poco y sentirlo penetrando mi vagina era como si me estuvieran raspando por dentro con una lija.
    
    Sus gemidos me hacían temblar de terror mientras abría un poco más las piernas, sacando un pie de mis shorts y de mis bragas, tratando de que aquello no fuera tan doloroso, un grave error que jamás debí cometer, algo que solo pude entender como un desacierto en el momento en el que ese bastardo me metió su verga hasta el fondo, sin contemplaciones, haciéndome gritar de dolor sin que pareciera importarle que alguien pudiera escucharnos.
    
    - ¡Eres una puta! ¡¿Cómo te atreves a abrir las piernas de esa manera?! ¡¿Esto era lo que querías, ramera?! ¡¿Querías que papá te penetrara?! ¡¿Querías seducirme?! ¡Maldita zorra! ¡Eres una cualquiera! ¡No eres más que una mujerzuela! - gritó, enloquecido, perdiendo el control de sí mismo mientras me penetraba de una forma brutal, de una manera tan salvaje que solo podía sentir ...
    ... dolor mientras ese cabrón me tomaba del pelo y azotaba mi cara contra el muro, haciéndome perder la fuerza de mi cuerpo, obligándome a dejarme caer, en medio de gritos de dolor y terror, de ese llanto desgarrador que me hizo su presa, del inmenso miedo que me indujo el sentirlo colocándome boca a abajo, en la tierra, antes de que su cuerpo descansara sobre mi espalda, de que una vez más lo sintiera penetrándome con mucha más violencia que antes, de una manera más dolorosa y salvaje de lo que ya lo había hecho, mientras tiraba de mi cabello y me arrancaba la ropa con tanta agresividad como era capaz de imprimir en cada uno de sus movimientos, dejándome desnuda, tomándome de las tetas con sus manos para apretarlas con tanta fuerza que me hacía sentir mucho dolor, mucho más que cualquier otra cosa que hubiera experimentado, obligándome a soportar lo que me hacía, a enterrar mis manos en la tierra mientras lo sentía abriéndose paso entre mis labios, entrando y saliendo de mi concha a la vez que me mordía los hombros y me enterraba sus uñas en mis senos hasta hacerlas sangrar, obligándome a suplicarle piedad, a rogarle que se detuviera, a añorar la muerte con tal de ponerle fin a la aterradora experiencia que ese maldito ser del infierno me estaba obligando a vivir.
    
    - ¡Duele mucho! ¡Por favor! ¡Detente! ¡Te lo ruego! ¡Detente! - supliqué sin poder controlarme, escuchando cómo mi voz se iba apagando cada vez más, sintiendo mi garganta lastimada mientras ese hombre se reía a mis ...