-
Nicky: no toques a mi hija 12
Fecha: 17/10/2025, Categorías: No Consentido Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos
... supiera que me había terminado su cerveza. - ¿Qué sucede? - preguntó el hombre mientras me abrazaba de la cintura, sin que yo fuera consiente por completo de la manera como sus manos estaban tocando la parte superior de mi trasero. - ¡Él me golpeará cuando se dé cuenta de que me bebí su cerveza! ¡Me va a pegar! ¡No quiero que lo haga! ¡Ya no quiero seguir viviendo con ese idiota! - dije sin pensar, sintiendo la necesidad de abrazar a ese hombre, dejándome llevar por ese impulso, experimentando cómo él me acariciaba el cabello, cómo me dejaba llorar con mi cabeza enterrada en su pecho. - Tranquila, hija, tranquila. Todo estará bien, cariño - susurró en voz baja - solo necesitas un respiro. Necesitas caminar un poco para tranquilizarte - comentó antes de que comenzáramos a caminar, de que el hombre me guiara por un costado del motel, hacia la oscuridad que reinaba en aquellos terrenos baldíos, sin que yo viera nada de malo en ello, después de todo había sido muy amable conmigo y tenía una hija durmiendo en ese lugar ¿Cómo podría hacer algo malo si andaba de vacaciones con su hija? Fue aquel depresivo estado en el que me encontraba, en el que necesitaba sentir un poco de cariño sin importar de quién viniera, sumado a todo el alcohol que corría sin descanso por mis venas, lo que me hizo ceder mi voluntad a ese hombre hasta llegar a la parte trasera del motel, donde el viejo dejó de tomarme de la cintura y se colocó a mis espaldas, abrazándome con fuerza, pegándose a ...
... mi cuerpo, haciendo que repentinamente dejara de verlo como un tipo amable y bondadoso en cuanto sentí sus manos en mis senos, en cuanto fui consciente de lo dura que tenía la verga mientras se apretaba contra mi trasero. - ¡¿Qué está haciendo?! ¡Suélteme! ¡No quiero hacerlo con usted! ¡No quiero…! ¡Ahhh! - traté de resistirme, hasta que de mi garganta escapó un gemido cuando tiró de mi cabello y de pronto sentí el frío de un arma en mi cabeza, la misma que pude ver de reojo, conformando una imagen que me hizo cerrar la boca al instante y abrir mucho los ojos, a la vez que un miedo incontenible se apoderaba de mí. - ¿Sabes algo? No deberías hacer mucho caso de lo que se dice en las noticias, porque no en todas las ocasiones he tenido que pedir ayuda para embaucar a una de mis presas, no, a veces también suelo ofrecer ayuda a mujeres débiles y estúpidas como tú - dijo, con un tono paternal que ya no tenía el mismo efecto que tuvo antes, que ahora me hacía sentir mucho miedo al darme cuenta de quién era ese tipo y entender lo que estaba a punto de hacer conmigo - una mujercita como tú no debería salir de noche con esa ropa. Una chica como tú no debería sentarse a beber con extraños ni andar por ahí con un imbécil que la golpea y le da una mala vida. No, hija, te has equivocado mucho. Necesitas que te reprenda, necesitas que te muestre los peligros de exponerte de esta forma ante los hombres - dijo ese loco, susurrándome al oído mientras yo me quedaba inmóvil, sintiendo ...