Nicky: no toques a mi hija 12 - Relatos Eróticos

Nicky: no toques a mi hija 12

... pulgas y muchas horas buscando cosas que la gente no necesitaba para luego venderlas ¡Diablos! ¡En serio que la cagué por completo! - exclamé, escuchando la risa de ese hombre, volteando a verlo mientras el tipo sonreía, contagiándome ese ánimo, porque algo en ese sujeto me hacía sentir segura, algo que en aquel momento no hubiera podido explicar, pero que supuse que tenía que ver con el hecho de que fuera un padre que estaba viajando con su hija - ¿Y tú a qué te dedicas? Y por favor no me digas que eres un vendedor de cosas usadas, no podría soportarlo - bromeé con ese tipo. Él sonrió de nuevo.

- No, para nada, tengo una granja con mi hija, elaboramos productos y los vendemos en los mercados locales, no se gana mucho, pero nos alcanza para mantenernos y es una buena forma de vivir, también tengo algunos caballos que rento para eventos, nada glamuroso, cosas de pueblos pequeños.

- Debe ser lindo vivir en un lugar así, en un sitio tranquilo, alejados del ruido, de maniáticos como ese tipo que anda suelto violando chicas y matando gente. Sabes de quién hablo ¿No? - él negó con la cabeza, poniéndose de pronto muy tenso, como si la simple idea de que existiera alguien que hiciera esas cosas le provocara un malestar tan intenso como inesperado, algo que supuse que era normal dado que tenía una hija por quien preocuparse - ¿En serio no sabes nada de ese tipo? Bueno, no ha dejado de salir en las noticias durante todo el día, es como el evento oscuro del año, según dijo la ...

... presentadora, suele mostrarse ante sus víctimas como alguien amable, les pide ayuda y luego…

- Lo siento - interrumpió de una forma abrupta, haciendo que lo mirara, que me diera cuenta de lo mucho que ese tema le molestaba, antes de que su expresión se tornara suplicante e incluso un tanto preocupada - ¿Te molestaría si hablamos de algo más? No me agrada la idea de pensar en esas cosas mientras viajo con mi hija y tampoco creo que sea el tipo de charla que quieras mantener en una noche en la que te encuentras a solas con un viejo, en medio de la carretera - me interrumpió, riendo al final, haciendo que yo también riera un poco, antes de que le diera un gran trago a mi lata y luego destapara otra cerveza, de que de pronto me encontrara enfrascada en una plática muy amena con ese hombre, a quien al parecer no le parecía tan malo que bebiera al ritmo que lo hacía, quien incluso me dio la cerveza que tenía en la mano cuando las demás se acabaron, la misma de la que al parecer apenas había tomado un sorbo, prolongando nuestra charla un poco más, haciéndome reír con sus comentarios hilarantes, hasta que la bebida se acabó y entendí que era el momento de volver a mi horrible vida, un instante en el que traté de levantarme sin lograrlo, provocando la risa de ese hombre que no tardó en ponerse de pie y ayudarme a pararme, antes de que de pronto un intenso miedo me dominara, sabiendo la paliza que me esperaría en cuanto regresara a mi habitación, en cuanto ese idiota con el que dormía ...