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Madurez y juventud, ambas lozanas, ambas deseosas (1)
Fecha: 18/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... en casa, por supuesto también engordé los ojos deleitándome con las hermosas figuras de madre e hija, en particular de la mayor que parecía mejor dispuesta a permitirme ver algo más de lo usual; daba la sensación que el episodio de la mañana iba a tener algo de continuidad, pues mientras esperábamos que se calentara la comida en el horno, ella sentada al lado de su marido más de una vez cruzó las piernas de manera que yo, sentado al frente, pudiera ver de nuevo su bombachita celeste; al término de la sobremesa y cuando me despedía para descansar algo antes de volver al trabajo recibí el comentario socarrón de Pablo. -“Cómo te envidio, pensar que vas a poder dormir siesta mientras yo estoy obligado a una partida de cartas con mis amigos del bar”. -“Una lástima que no puedas evadirte de ese compromiso, y ahora se presenta una duda”. -“Sobre qué”. -“No sé si desearte suerte por aquello de…”. -“No hay problema, deseá que me vaya bien sin temor porque mi amor queda en casa”. -“Bueno entonces me quedo tranquilo al saber que no te perjudico, hasta otro momento y gracias, estuvo delicioso el almuerzo”. -“¿Rafa, tendrás algunos folletos de tu ropa para mostrarle a mis amigas y así te hago propaganda?” -“Sí Laura, algo tengo en casa, cuando quieras te los doy”. -“Perfecto lavo la vajilla y te voy a ver antes que te acuestes”. Diez minutos después llamaba a la puerta de mi departamento. -“Vengo a agradecerte el obsequio como es debido, si lo hubiera ...
... hecho antes, en presencia de Pablo, tendríamos que haber soportado sus comentarios de macho celoso, aunque en los hechos sea de rendimiento regular”. Y, acercándose, me dio un beso en cada mejilla para permanecer abrazada diciéndome al oído. -“Gracias por el regalo, es hermoso el conjunto, y ya me lo puse para probar, aunque no te lo pueda mostrar”. -“Una lástima, le voy a encargar a la imaginación que haga la tarea y me dé el resultado, aunque la edad y el trabajo que hago me debieran habilitar para evaluar de manera directa”. -“Degenerado”. -“Es verdad, degenerado pero feliz, acabo de constatar que mi cuerpo está dentro de cierta normalidad, pues ha reaccionado bien ante el contacto de un cuerpo deseable”. -“Me alegro de haber contribuido a tu felicidad pero me parece que estoy entrando a un terreno peligroso”. -“Es verdad pero me parece que el peligro aumenta mucho el placer de tener tu cuerpo pegado al mío sujeta por mis brazos que te atraen, un poquito para no contrariar tu voluntad, pero lo suficiente para que sea evidente mi deseo”. El diálogo tenía lugar mientras duraba el abrazo y nos hablábamos al oído mientras mis manos recorrían, su espalda. -“Acordate que soy casada y no debo mostrar partes de mi intimidad”. -“Lo tengo muy presente, pero podría darse como un pequeño descuido, similar al que tuviste en el negocio”. -“Es que al ser consciente de ello me daría mucha vergüenza”. Seguíamos hablando sin despegar los cuerpos, sus pechos ...