-
Madurez y juventud, ambas lozanas, ambas deseosas (1)
Fecha: 18/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... aplastados contra mi tórax y las pelvis habiendo iniciado imperceptibles presiones para sentir mejor lo que tenían en frente; ya obnubilado por el deseo, en las pausas para escuchar le atrapaba con los labios el lóbulo de la oreja para soltarlo en seguida, como si hubiera sido algo casual; ella demostraba que lo sentía con un pequeño temblor, pero sin oponerse. -“Hagamos una pequeña trampita, seguimos tal cual estamos, pero yo levanto la parte de atrás de tu vestido y veo, en el espejo que está a tu espalda, cómo te queda la biquini, así atemperamos el efecto del pudor”. -“No puedo creer que tan mansamente acepte exhibirme así ante vos”. Mientras ella hablaba yo le iba subiendo la pollera hasta que la tuvo enrollada en la cintura. -“Te queda preciosa, justo tapando la mitad de cada nalga y así incitando a descubrir la parte cubierta; permitime que saque una arruga que la afea”. -“Desgraciado, me estás agarrando toda la nalga desnuda y algún dedo se mete en la divisoria”. -“Es que la arruga estaba entre los glúteos”. -“Por más que usés palabras elegantes la verdad es que me estás amasando el culo, ¡No! Eso no, tus dedos han bajado hasta la unión de los muslos y siguen hacia adelante; mejor nos sentemos.” Nos ubicamos en sillón grande, apenas separados. -“Estás enojado”. -“No tengo razón para estar enojado”. -“Pero algo te pasa”. -“Sí, pero no es enojo, espero poder explicarlo. Estando abrazados con los cuerpos pegados y yo, con una ...
... excitación creciente, casi, casi descarrilo, el equilibrio desapareció y mi cabeza dejó de trabajar porque el instinto dominaba. Tu sensatez hizo la parada que yo no era capaz de realizar y ahora estoy en proceso de serenarme”. El intento de volver al equilibrio duró lo que un pedo en una canasta porque después, de mirarme a los ojos unos segundos, se movió para quedar bien pegada tomando mi mano entre las suyas. -“Perdoname, yo también estaba alterada, quisiera haber seguido, pero no podía pensar con claridad, además sentía vergüenza de estar con las nalgas al aire exhibiéndome como una puta”. Y mientras charlábamos mi mano quedó con la palma sobre su muslo a escasos centímetros de esa conchita que me tenía obsesionado. -“Vos no te exhibías, yo te levanté la falda, y el hecho de que te guste agradar en ningún momento te convierte en una puta; el deseo de ser admirada es tan natural como beber al sentir sed”. El hablar con ella no impidió que mi dedo pequeño se separara del resto, estirándose en busca de esa parte mullida; cuando esa yema traviesa hizo contacto, la mano izquierda de Laura que estaba encima de la mía permaneció inmóvil y ella apoyo la mejilla en mi hombro tomando con la diestra el brazo que cruzaba hacia su falda apretándolo contra las tetas. La acción del dedo provocó un pequeño hipido que la hizo girar la cabeza de manera que en mi hombro, en lugar de la mejilla se apoyara la frente. -“Por favor, no me mires”. Simultáneamente desapareció la ...