Fatty, Patty y Katty XIV - Relatos Eróticos

Fatty, Patty y Katty XIV

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Capítulo 14

-Anda, Ana, anímate, porque es cierto lo que dice Alicia, esta estaca tiene un sabor y un olor un tanto familiar, no acabo de vincularlos a ninguna experiencia anterior, pero a lo mejor si tú la pruebas, ya que tienes un paladar muy intuitivo, puedes darnos una pista.

………………………

Ana María, aquella mujer autoritaria, segura de sí misma, orgullosa de sus inclinaciones sexuales que no escondía, tenía un dilema interior, un secreto intimo que no conocía absolutamente nadie, a excepción de su gran enamorado Patricio, que era a la vez que su leal e incondicional admirador, su paladín, su confesor y su paño de lágrimas. Ante la proposición de su hija adoptiva Virginia, se sentó en los pies de la cama y sorprendió a todos rompiendo a llorar amargamente, motivo por el que tanto Alicia como Virginia abandonaron inmediatamente el chupeteo del falo de Jesús, acudiendo a consolar a su madre. Fue su hija natural la que la dijo:

-Anda, mama no te lo tomes así. Entiendo que ha debido ser un poco violento para ti ver a tus dos hijas comiéndose la pija de su hermano, pero te creíamos bastante más liberada de perjuicios, no llores por favor.

-No, si no lloro porque le comais a vuestro hermano su magnífica verga, lloro porque yo soy una jodida reprimida, y no he tenido el valor de haceros lo que os estaba haciendo Gloria. – dijo hipando aún Ana – La de veces que me he masturbado pensando en comeros vuestros preciosos chochitos.

Ante ...

... semejante confesión y además delante de Jesús y de Gloria, ni sus hijas ni estos, fueron capaces de articular palabra alguna, y entonces Ana, dijo:

-Voy a confesaros un secreto, que solo lo sabe Patricio y que como siempre mi mejor y más fiel amigo me ha sido leal completamente. A pesar de que nunca he tenido dudas de mis gustos sexuales, pues estoy convencida de que me gustan las mujeres, con la única persona que he tenido relación física en toda mi vida y con la única que he mantenido relaciones sexuales, fue con Eustaquio en la semana loca en la que me embarazo de Alicia. Después durante mi embarazo y complicada relación con mi padre, como comprenderéis no tuve relación alguna, ni tampoco ánimos para ello. Cuando falleció mi padre y nació Alicia, me dediqué en cuerpo y alma a cuidar de mi niña y también de los bienes heredados, y durante los diez siguientes años solo tuve una relación de hermosa amistad con Patricio, que siguió ofreciéndome su cariño día tras día, y también sus caricias, aunque estas yo las rechazaba sistemáticamente.

-Cuando Alicia tenía diez años, - continúo explicando Ana ante el silencio expectante de sus cuatro oyentes – es cuando a Patricio le pidió Eustaquio su ayuda para traer a España a su hija Virginia, la que había tenido con Akira. Mi amigo y enamorado, sabia de mi intención de tener otro hijo además de Alicia, e incluso le había hablado de las dudas que tenía entre las posibilidades de inseminarme o adoptar, rechazando las constantes ofertas ...