1. Urgencias domésticas: setenta y húmeda


    Fecha: 01/11/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lucas 2304, Fuente: TodoRelatos

    ... caricias, por la liberación que llevaba años esperando. Pero me obligué a mantener el foco en él, en este momento que había fantaseado durante horas.
    
    Vi cómo su mano derecha buscaba desesperadamente apoyo en el respaldo del sofá, sus nudillos blanqueándose por la fuerza del agarre. Su respiración se había vuelto errática, entrecortada, y de su garganta emergían gemidos roncos y primitivos que vibraban en el aire denso del salón. Cada sonido que emitía aumentaba mi propia excitación, creando un círculo vicioso de placer compartido que amenazaba con consumirnos a ambos.
    
    Y, oh, sí, en su forma de cogerme la cabeza con ambas manos, enredando sus dedos entre mis cabellos blancos mientras sus caderas comenzaban a moverse con un ritmo instintivo y desesperado. Su respiración se había convertido en jadeos entrecortados, y podía sentir cómo cada músculo de su cuerpo se tensaba como un resorte a punto de liberarse.
    
    Podía sentir cómo su miembro se hinchaba aún más dentro de mi boca, creciendo hasta alcanzar su máximo tamaño mientras el líquido preseminal comenzaba a mezclarse con mi saliva. La mezcla se volvía cada vez más abundante, llenándome la boca hasta que comenzó a escapar entre mis labios, resbalando por mi barbilla para empapar sus testículos antes de gotear sobre el suelo del salón.
    
    Sus gemidos se volvieron más agudos, más urgentes, y supe que estaba al borde del precipicio. La forma en que sus manos me guiaban era una mezcla perfecta de necesidad y consideración, ...
    ... presionando lo justo para indicarme el ritmo que lo llevaría al éxtasis, pero sin forzarme nunca más allá de lo que yo podía dar.
    
    Me separé un momento de su miembro, jadeando ligeramente, y lo miré con ojos ardientes.
    
    —Quiero que te corras en mi boca —le dije con voz ronca—. Lo estoy deseando, cariño.
    
    —Collons, Ida... —gimió, temblando—. ¿Estás segura?
    
    —Completamente segura —susurré, volviendo a envolver sus labios alrededor de su erección—. Dámelo todo.
    
    Y entonces llegó el momento culminante: su cuerpo se arqueó como un arco tenso, sus manos se aferraron a mi cabeza con una intensidad que rayaba en la desesperación, y finalmente explotó en mi boca con una fuerza que me tomó por sorpresa. Los primeros chorros fueron directos a mi garganta, obligándome a tragar inmediatamente para no ahogarme,«Dios mío, qué intenso», pero después el semen se acumuló en mi boca y pude saborearlo completamente: cálido, salado, intensamente masculino,«Es perfecto, tan masculino, tan real», mientras sentía sus espasmos de placer reverberando a través de todo su ser,«Cada pulsación es como una pequeña victoria».
    
    Después, me levanté lentamente —con más dificultad de la que quería confesar, notando cómo una lágrima de flujo se deslizaba por mi muslo desde mi sexo empapado—, saboreando aún su esencia en mis labios, y lo besé con una pasión renovada que nos dejó a ambos sin aliento. Quería que probara lo que acababa de darme, que sintiera en su propia boca el sabor salado y almizclado ...
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