1. Una herencia inesperada VII


    Fecha: 02/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... este principio yo no me acuerdo y es solo lo que las monjas me contaron.
    
    “Parece ser que mi madre era una inmigrante, nacida en San Petersburgo, y que fue traída a España en el año 1972 engañada por una mafia rusa con promesas de trabajo, pero luego intentaron prostituirla con amenazas de que les debía dinero por el pasaje, el viaje y el alojamiento. Al final debió de acceder a las coacciones y amenazas y empezó a trabajar en un prostíbulo donde se hizo amiga de la madame, que a su vez la acogió como a una hija. En 1976 mi madre dio a luz a una niña, ya que a pesar de las amenazas recibidas y dada su fe cristiana, se negó a abortar, y la madame se comprometió a cuidar de la recién nacida. Once años después mi madre seguía trabajando en el mismo prostíbulo, pero como una de las chicas más codiciadas, y entonces ella se encapricho de un jugador de baloncesto, al parecer con una cuarta parte de orígenes africanos, y consecuencia de ese capricho quedo embarazada de mí.
    
    Cuando los jefes de la mafia se enteraron de que de nuevo estaba mi madre embarazada, y siendo en aquellos momentos la prostituta que más clientes atraía, la volvieron a amenazar para que abortase, y al parecer esta vez iban en serio. Ayudada por la madame, consiguió que las monjas del internado la acogiesen a ella embarazada y a su hija de 11 años, y allí me dio a luz a los cinco meses de ser acogida. Parece ser que el parto se complicó, pues según me dijeron las monjas yo era una criatura muy grande, y ...
    ... poco después de parir falleció, rogándoles a las monjas que cuidasen de sus dos hijas y que pidieran perdón a Dios por ella y por sus pecados. Eso fue en 1985.
    
    Pasados siete años mi hermana, recién cumplida la mayoría de edad, ni las monjas sabían de quien ni ella se lo explico, se quedó embarazada y tras dar a luz a Andrea en 1992, las monjas le buscaron un trabajo en una empresa de limpieza y también un pisito de alquiler donde se fue a vivir con su niña. Hasta aquí la historia no la cuento por mis propias vivencias sino por lo que a mí me contaron las monjas a las que yo adoraba y quería muchísimo.
    
    A partir de aquí la historia que voy a seguir contando si son vivencias reales y recuerdos concretos, siendo los primeros mi sentimiento de agradecimiento hacia las monjas y sobre todo hacia la madre superiora, una santa mujer ya muy mayor y que me quería muchísimo, yo era su ojo derecho y me llamaba siempre “mi ángel lindo”. Fruto de ese sentimiento de agradecimiento, o digamos de absoluta abnegación que veía en las hermanas, me decidí a que yo iba a ser como ellas, pero también que quería ayudar a los negritos de África, por ello me hice novicia y con solo 18 años me trasladé a un convento de la congregación que tenían en Tanzania. Allí empecé a amar la naturaleza, a conocer cómo vivían los habitantes de la zona, principalmente los masáis que me aceptaron muy bien posiblemente por mi estatura. Poco después fui enterándome de las barbaridades que en países limítrofes se ...
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