Estrenada por un pureta - Relatos Eróticos

Estrenada por un pureta

María, por aquel entonces, era una jovencita de 18 años, voluptuosa, algo regordeta, pero con unos pechos grandes y culo regordete. No estaba tan foca como ahora con sus 42 años y después de haber parido, pero ya marcaba una figura ancha. Su pelo rizado castaño ondeaba aún al viento sin ninguna cana.

Llevaba ya un mes con Alberto, su novio, y aunque no habían follado aún (era virgen) siempre andaban tonteando y sobándose, lo que antaño era “enrollarse”

Su hobbie era chatear; chateaba por sms con su viejo móvil, muchos de la época actual no sabrán que antes no había internet puro y duro, y que se pagaba por cualquier cosa, y que los terminales antiguos no tenían un navegador como los actuales ni aplicaciones: se chateaba por salas de sms

En una de esas interminables sesiones de pitidos, una noche conoció a un chico del pueblo de al lado. Decía tener su edad y más o menos compartían gustos similares. Como se pagaba por sms y había límite de caracteres, no tardaron en ir al grano y darle a la picaresca y morbo.

María se hizo un tremendo dedo imaginando el físico de aquel chico.

Siguieron chateando varios días más. Quería conocerla, pero ella se negaba; si Alberto la descubría aunque fuera tonteando ya sería su fin y le gustaba con locura.

Un viernes noche, por vicisitudes de la vida, Alberto no pudo salir de fiesta. María estaba plantada en su casa, ya vestida de jarana con la esperanza de agotar energía bailando, emborracharse y enrollarse en el coche de su ...

... novio, pero todo se había ido al traste por una tontería con sus padres (Él se había metido, como siempre, en un lío).

Iba ya a ponerse el pijama y echarse en la cama a hacerse un dedo cuando cogió su móvil y le envió un mensaje a Carlos, su amiguete cachondo

Él aprovechó al máximo los caracteres de cinco mensajes que cruzaron, insistiendo en que viniera a su casa que sólo quería invitarla a una copa y si se caían bien podían ir a una discoteca cercana.

Fue una tentación difícil de evitar, tenía las hormonas a mil; por suerte o desgracia cerró los ojos al meter una mano en sus bragas y recordó a su querido novio, y se negó.

Pasaron las semanas, su padre había instalado internet de la época en casa, no era siquiera ADSL, tenía que conectarse cuando nadie usaba el teléfono fijo. Pero aquello le dio más armas, pudiendo enviarse e-mails y no gastar cientos de pesetas de antaño en mensajes

Se pidieron fotos; María tuvo que tragarse su vergüenza al ir a recoger los revelados de unas fotos sexys que se había hecho con la pequeña cámara de su padre. Papá había llenado la casa de trastos; el pc, pantalla, impresora, escáner…Usó el escáner para digitalizarlas y meterlas en un disquete, pasándole a Carlos algunas de las más cerdas. Él a su vez le pasó fotos suyas, un chico de su edad patinando bastante guapete, y finalmente una directa de su pene de cerca. María se hizo innumerables pajas mirando aquella polla regordeta y grandota, diferente a la de su novio, que por fin ...