Estrenada por un pureta - Relatos Eróticos

Estrenada por un pureta

... el brazo para sujetarla de la muñeca, firme pero sin hacer daño.

-Pasa chiquilla, te prometo que todo está bien- Dijo sonriente

Obedeció, su voz era segura y autoritaria, acostumbrada a mandar y ser obedecido

Una vez dentro y la puerta cerrada, el hombre en cuestión la agarró de la cintura y la instó a seguir el pasillo, que olía a incienso. Llegó al comedor, tenía una tele pequeña, radio, muebles de madera oscura y un sofá cubierto por una tela de ganchillo

-Eres más guapa en persona- Dijo el hombre ofreciéndole asiento. - ¿Qué quieres tomar?

-Pe…perdona…pero… ¿Y Carlos?- Preguntó sentándose sólo con la punta del culo, mirando alrededor.

-Carlos es mi hijo. Ha salido- Él estaba en la cocina sacando copas y licor- Gin-tonic, ¿Verdad?

-Sí…-Respondió primero- Ha…habíamos quedado

-Ya, bueno, eso, era conmigo con quien hablabas. Soy Antonio, por cierto

María hizo ademán de levantarse pero Antonio se lo impidió sujetándola del hombro, acercándole la copa

-Una copa, por favor, lo que habíamos quedado, no te pido más.

María bebió sin mirarlo, él se sentó a su lado

-Yo creía que…- No sabía cómo expresarse

-Ya, lo siento, empezó como un juego y bueno, no pude parar. Estoy divorciado, me siento solo y me puso mucho hablar con una chica como tú-le acarició el hombro desnudo- y creo que tú también te lo pasaste bien tonteando conmigo

-Pensaba que eras más joven

-Ya, bueno, ¿no te gustan los maduritos? Más experiencia- Las caricias aumentaron, ...

... llegando al antebrazo, cerca de sus pechos, que no dejaba de mirar lascivo. María estaba muy cachonda y algo asustada- Me dijiste que te gustó mi polla- Se acariciaba el pantalón por encima, ella se fijó en el bulto grande que marcaba y tuvo que cerrar sus piernas del cosquilleo que le vino al coño

Ambos bebieron, ella nerviosa, él sonriendo. Dejó la copa y volvió a acariciarla, cara, cuello, brazo, esperando alguna reacción de contrariedad que no hubo ni cuando llegó al escote

-Vamos…¿vamos a salir?- Preguntó tímida sin mirarle, acalorada porque los dedos se colaban por el canalillo bordeando la tela del top por sus pechos

-¿no prefieres que nos quedemos un rato?- Dijo él acercando sus labios al cuello, cerca de la oreja, metiendo la mano en la tela hasta el pezón, agarrando bien la teta

María ya estaba a su meced, demasiado cachonda para no dejarse llevar. Cerró los ojos, notó cómo dejaba un segundo la teta para cogerle la mano y llevarla a su bulto. Ella lo acarició a lo largo, él de un certero movimiento le sacó las dos tetas sin dejar de comerle el cuello.

María sólo se dejaba hacer, presa del morbo, excitación y algo de miedo. Parecía una gallina asustada. Las manos de aquel hombre le sobaban las tetas con maestría, muy distinto de las de su joven novio.

El hombre sin embargo no dejaba de manosearle las tetas y comerle el cuello, alternando su mano en el paquete para que se la acariciase, cosa que ella no hacía. Paró un segundo para girarle la cara y ...