Estrenada por un pureta - Relatos Eróticos

Estrenada por un pureta

... dos. María estaba loca de placer, gemía y ladeaba la cabeza buscando besos. Lo que más le ponía era tener esa zarpa en sus bragas tirando de la tela a cada movimiento. Con sus flujos empezó a hacer círculos en el clítoris; Cerró las piernas de placer con el orgasmo, aplastándole la mano con sus muslos, pero él seguía dándole dedo.

Quería que parara, cuando se corría se ponía tan tensa que al relajarse sólo quería quedarse unos minutos muerta; pero él seguía, y el placer volvía a la carga. Antonio sólo paró para arrodillarse a su lado en el suelo del sofá y quitarle las bragas con ambas manos.

Ya libre de tela, la jodía con dos dedos en perpendicular, colocándose él entre las piernas para que no las cerrara, comiéndole y manoseándola las tetas. Primero le quitó el top tirando hacia arriba, después la minifalda hacia abajo. María colaboró como una buena chica, quedándose desnuda ante él, que también se levantó un segundo para quitarse el pantalón

Volvió a lo suyo, pero esta vez le besaba los muslos por su interior, cada vez acerándose más a donde metía y sacaba los dedos. Sentía los labios carnosos y calientes en su piel, luego en sus pelos. Comenzó a dar lametones a los labios para luego ir introduciéndose. María nunca había probado el sexo oral y desde aquel momento sería su tema preferido; le recorría la raja con la lengua, paraba en el clítoris, lo lamía, chupaba, sorbía y daba golpecitos con la lengua. No recordaba un orgasmo tan intenso en la vida.

Cuando ...

... recuperó la visión, Antonio se erguía entre sus piernas, sobándole el coño con una mano y sujetándose la peluda polla, de nuevo dura, con la otra, acercándola a ella.

María se estremeció de terror. “¡Eso no!” Pensó y se escabulló a un lado del sofá, buscando rápidamente su ropa y cubriéndose las tetas. Quería que su virginidad fuera para Alberto

-¿Qué pasa?- Preguntó Antonio

-Na…nada, yo…mejor me voy

-Venga, si lo estábamos pasando muy bien

-No, yo no quería…

-Va, no tengas miedo

-No, eso no, de verdad

-Vale, vale…-dijo deteniéndola- pero quédate….- ¿no te lo estás pasando bien?- Asintió levemente.- Ven, vayamos a la cama, estaremos más cómodos

-No quiero hacerlo…- Dijo tímida

-Vale, vale, sólo tocarnos, ¿ok?

Aceptó a regañadientes

Le dio vergüenza extrema levantarse, que se vieran sus lorzas y que aquel desconocido la pudiera contemplar entera desnuda.

Él la miró de arriba abajo salivando, no pudo evitar sobarle el culo cuando la invitó a seguirle. Ella no le miraba, es más, desde que lo vio en la entrada no había vuelto a mirarle a los ojos

La cama estaba medio deshecha. Antonio tiró de la sábana y se metió dentro cubriéndose hasta el estómago. Ella miraba de lado a lado buscando los interruptores; él lo intuyó y de un rápido movimiento se hizo la penumbra, la única iluminación de la estancia provenía del comedor, colándose por la puerta. María aún sujetaba el top cubriéndose las tetas, lo soltó y rápido se metió con él dentro de la ...