1. Estrenada por un pureta


    Fecha: 04/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: bertus1985, Fuente: TodoRelatos

    ... avergonzada- Mmm…- Él detuvo la mano que subía el top, volviendo a descubrir un pecho y a sobárselo- ¿Eres virgen?
    
    -Bueno…- Respondió ella tímida
    
    -¿Sí o no?
    
    -Me desvirgué yo
    
    -¿Cómo? ¿Cuándo?
    
    -Hace unas semanas, cuando nos escribíamos
    
    -Ummm… ¿Con qué?
    
    -Un cepillo del pelo
    
    -Ummm guarrita- Susurró acariciándole el muslo cerca de la falda.- ¿Te dolió? -Asintió- ¿Era grande?- Volvió a subir los hombros- ¿Cómo mi polla?- Negó- ¿Más grande?- Volvió a negar- Ummm
    
    Mientras le preguntaba la mano se metía por dentro de la falda hasta llegar a las bragas. María por aquel entonces ni siquiera se lo adecentaba, por lo que al colar un dedo por el lado topó con una densa mata de pelo negro. El calor animó a Antonio, que volvió a la carga comiéndole las tetas.
    
    Esa mano rebuscaba entre las piernas que María cerraba con fuerza. Metió la mano entre las piernas, encima de la tela. Hacía mucha fuerza y a cada movimiento ganaba unos milímetros que estaban volviéndola loca.
    
    -Abre…- Le dijo besándole el mentón. María negó lentamente, pero él hizo más fuerza con la mano, llegando con la yema del índice al principio de su rajita- Abre…- Volvió a decirle, y ella volvió a negar y llevó sus manos a su entrepierna para intentar detenerlo
    
    Era fuerte, ella no lograba parar su mano que llegó al clítoris.
    
    Intentó reprimirse pero en un par de segundos el escenario cambió por completo. Antonio hizo fuerza en la pierna más cercana para separárselas, ganando otro milímetro ...
    ... que le permitía rozar todo el clítoris con la yema por encima de las bragas; dos movimientos ascendentes jugando con él y María levantó la cabeza aullando, y fue ella misma la que separó las piernas permitiéndole que la tocara a antojo
    
    Volvió a comerle la boca pero esta vez ella la tenía abierta, dejando babearse y que le chupara el labio inferior con su larga y cálida lengua.
    
    Abajo, el morbo de tener su zarpa metida entre los muslos, repasándole ya toda la raja empapada y dándole un placer indescriptible en el clítoris. De bien seguro las bragas estarían bien marcadas y mojadas. Aquel hombre que bien podría ser su padre a la había toqueteado más en unos minutos que su novio en dos meses.
    
    Le sobaba la raja entera. En uno de sus repasos coló un dedo por el borde de la tela y María dio un respingo al notar el calor del dedo en su pelambrera y luego en su húmedo coño.
    
    Sus bragas eran muy ajustadas por su trasero grande; Antonio, sin dejar de comerle las tetas, desistió con el acceso lateral, le sobó un poco por encima de la tela y después ascendió a su estómago haciéndole cosquillas. Al volver a bajar, los dedos se colaron por las bragas. Sus besos se volvieron más lascivos y babosos; Él sonreía, ella jadeaba intentando abrir más y más las piernas para que le frotase bien el coño. Notaba el índice entre los labios del coño, los otros dos dedos a sendos lados rozándoselos y jugueteando con el pelo. Evitaba el clítoris intencionadamente.
    
    Empezó a meter un dedo, luego ...
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