1. Soy un Pringado - Los chavales del cine I


    Fecha: 04/11/2025, Categorías: Gays Autor: Zorragay, Fuente: TodoRelatos

    ... siguiéndoles, es gordito. Huelen a colonia de marca, como One Million o Hugo Boss, y su entrada ruidosa me desconcentra y me pone nervioso. Son el tipo de chicos que se metían conmigo en el instituto.
    
    "Vamos, Miguel, disfruta de la película, joder." Me digo a mí mismo.
    
    Pasan unos minutos y parece que se han tranquilizado. Puedo disfrutar de la película, carreras, adela tamientos, pilotos con mucha testosterona, explosiones... pero entonces empiezo a oler algo como a humedad y zapatillas.
    
    ¿Qué es ese olor? No son mis palomitas. ¿Mis zapatillas? No. Giro la cabeza a la derecha olfateando, buscando el origen de esa peste, y me encuentro con unos pies enormes, descalzos, con calcetines blancos bajitos, típicos de Nike, apoyados en la butaca a mi derecha, a pocos centímetros de mi cara.
    
    ¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza? Me giro completamente, buscando los ojos del chico para quejarme, y justo en ese momento una explosión en la pantalla ilumina la sala, me quedo inmóvil.
    
    “¿Qué pasa, loco? ¿No te molesta, no?” —me suelta el chaval alto con un acento argentino, con naturalidad y una clara soberbia.
    
    Tiene unos ojos verdes enormes, mandíbula angulada, labios carnosos, cejas pobladas y un peinado tipo brócoli, pero con el pelo más liso y castaño claro. Lleva un bigote fino, de chulo, que para su edad le da un aire de mucha personalidad.
    
    “Si te molesta, cámbiate. No me toques la pija y te quedes mirándome como un tonto”, insiste con una sonrisa socarrona, ...
    ... como si fuera el dueño del lugar.
    
    "No, no, perdona, no me molesta, tío”, acierto a decir, torpe, inseguro, haciéndome prqueño.
    
    Me giro y suspiro. Ese chaval me ha dado ansiedad. Respiro hondo para calmarme, pero el olor de sus calcetines me inunda de nuevo. Extrañamente, me tranquiliza, y noto un hormigueo en mi micropene. No sé si me ha “crecido” o si la ansiedad del enfrentamiento lo ha hecho empequeñecer aun más.
    
    Los chavales continuan hablando como si yo no existiese, o pasando totalmente por encima de mi existencia. Escucho comentarios entre ellos, en voz baja pero lo suficientemente altos para que los oiga.
    
    "¿Qué le pasa al loco este?”, susurra el que tiene los pies a centimetros de mi cara.
    
    "Nada, bro, que se joda. Si le molesta, que se cambie. El puto pringao este que viene solo al cine, jajaja”, responde otro de sus amigos, con una carcajada sonara, como de niño prqueño.
    
    Yo me quedo inmóvil, intentando concentrarme en la película. El hormigueo en mi micropene vuelve; creo que está creciendo, quizás a una media erección (¿3 cm?).
    
    La película termina y pese a más gritos, aplausos y golpes en mi butaca, he conseguido disfrutarla, aunque con el olor de los pies de ese chaval a centímetros de mi cara. No me he quejado; como dijo uno de ellos, decidí “joderme” y no cambiarme de sitio.
    
    Ahora me estoy meando. Me he bebido 1,5 litros de Coca-Cola, y esa extraña sensación de mi micropene me urge a salir corriendo al baño. Normalmente, por mi complejo, uso ...
«1234...»