-
Soy un Pringado - Los chavales del cine I
Fecha: 04/11/2025, Categorías: Gays Autor: Zorragay, Fuente: TodoRelatos
... ellos son compañeros de la universidad, en segundo de Económicas, con 19 años, siete menos que yo. Llegamos a un coche aparcado junto a unos matorrales en el margen del parking, un lugar perfecto para fumar sin ser vistos. Recuerdo que sigo con ganas de mear; en el baño, con la aparición de Mauro, se me cortó el chorro. “Venga, Jony, armá los verdes, dale”, ordena Mauro, con ese tono de quien siempre tiene el control .“Ya va, bro”, —responde Jonathan. "Miguel, ¿y vos qué hacés solo en el cine? ¿No tenías plan con alguna mina o qué?”, me pregunta Mauro, con una ceja levantada, como si dudara de mí. Intento responder, pero Camión me interrumpe. “Pero qué mina, este es maricón seguro, jojojo.” Es el primer comentario de Camión, directo y algo torpe, pero los otros dos le ríen la gracia. "No, va, en serio, boludo, ¿te va mucho la F1? ¿Alonsista, no?”, insiste Mauro, con un tono entre curioso y burlón. "No, la verdad es que me gusta la F1 de siempre, y Alonso nunca me ha caído muy bien. Soy más de Hamilton”, respondo. "Un puto folla negros, pues tendrá razón Camión y este es maricón, jaja”, suelta Jonathan. Todos ríen, y yo sonrío, aunque se estén metiendo conmigo. Me siento a gusto con ellos. Podría haber salido con mi amiga, conocer gente que me valore, pero me habría sentido fuera de lugar. Aquí, con chavales siete años menores que yo, que no paran de insultarme, estoy con una sonrisa y el cosquilleo en mi micropene (3 cm, xd). “Toma, ...
... loco, hacete hombre y fumá, dale”, me dice Mauro, pasándome un porro enorme con una boquilla de cartón, claramente mojada con su saliva, mientras me mira fijo, como retándome. "Gracias”, respondo. Aspiro fuerte, y el humo me inunda, saliendo por mi boca y nariz. Toso con fuerza y me mareo. "Dale, dale, bro, verás qué risas, menudo amarillo le va a dar, jajaja”, dice Jonathan. Supongo que debo seguir, así que aspiro de nuevo, el humo parece que me sube a la cabeza, ya que empieza a pesarme mucho. Todo me da vueltas, tengo que sentarme en el suelo, y la boca se me queda seca. "Agua, ¿tenéis, tíos?”, pregunto, tratando de imitar su jerga juvenil, como si fuera uno más. "Que va loco, no tenemos agua”, —responde Mauro, con tono seco. “Cerveza, aunque sea, tío, por favor.” “Bro, yo me estoy meando, si quieres... jajaja”, suelta Jonathan. "No, venga, por favor, agua.” "Que no hay agua, bro, pero te echo un meo si quieres, jajaja”, insiste Jonathan. "Tengo la boca seca, tío, uf, me encuentro mal.”, todo me da vueltas, solo escucho risas, pero mi boca está sequísima. No sé si es broma o si me dará cerveza, pero necesito beber algo. “Bueno, hermano, yo me estoy meando, voy atrás a echar un meo”, dice Jonathan alejándose. "Tengo sed, tío, dadme agua.” "Que no hay agua, loco, no rompas las pelotas”, zanja Mauro, con voz firme, como si no admitiera discusión. "Uff, estoy fatal, por favor, dadme algo.”, cada respiración me es un suplicio. “Pará, ...