La sumisión de Claudia, Cap. 4 - Relatos Eróticos

La sumisión de Claudia, Cap. 4

... Teech respaldaran mi historia, pero lo realmente decisivo fue el testimonio de Ann. Nunca tuve la oportunidad de agradecérselo. Se mudó muy poco después. De todos modos, pasé un par de noches en la cárcel. Todavía en custodia protectora, eso sí, pero no estaba muy empeñado en que me liberaran. Necesitaba tiempo para pensar.”

"¿Para pensar en qué, Sam?" Claudia le dio un pequeño apretón en el brazo.

“En todo, Red. Eché una larga mirada a los ojos de Ann cuando estaba asustada y suplicaba que la ayudáramos, y otra a los ojos de ese tipo. Supe el momento exacto en que se dio cuenta de que iba a morir. Algunas veces tengo que recordarme a mí mismo que un poco antes estaba tratando de matarme. Pensé mucho en muchas cosas. Ni siquiera me preocupaba ir a juicio. Estaba listo para eso si sucedía, pero de alguna manera no parecía tan importante. Tenía otras cosas de las que preocuparme, como ¿qué iba a hacer con mi vida? Empecé a darme cuenta de que si seguía viviendo como antes, tenía bastantes posibilidades de terminar como ese tipo, muriendo en el polvo en un parque de casas rodantes o tal vez en un accidente automovilístico en el desierto. No quería terminar de esa manera.”

"Entonces... ¿qué hiciste, Sam?"

“Bueno, después de que todo se resolviera… el juez tuvo una larga conversación conmigo y sugirió que sería una buena idea que me fuera a vivir a otro sitio durante un tiempo. Me pareció un buen plan. Me despedí de mi viejo, hice una última visita a la tumba de mi ...

... madre y me largué de allí. Encontré un trabajo en el que podía poner en práctica mi título universitario.” Se rió. "Descubrí que era bastante bueno en eso. Endiabladamente bueno, al cabo de un tiempo."

"¿Alguna vez... volviste?"

"¡Claro que sí!" Respondió. Parecía menos sombrío ahora. “Seguí escribiéndole a mi viejo, le enviaba algo de dinero cuando podía. Volví a los… oh, cuatro años, creo, porque me dijeron que no le estaba yendo muy bien. Y así era. Una vida demasiado dura finalmente le había pasado factura. Lo metí en un hogar de ancianos bastante bueno, porque necesitaba más atención de la que yo podía darle. Mientras estaba en el barrio, recibí una oferta de trabajo para una constructora importante. Lo acepté. La paga era buena, pero fueron las bonificaciones que seguí ganando las que me permitieron montar mi propia empresa. De consultoría, principalmente. Resulté ser bueno en eso también.”

“Pero… ¿qué fue del resto de esa pandilla? No te habían olvidado, ¿verdad?”

"No lo sé, Red." Le dio unas palmaditas en la mano donde descansaba sobre su brazo otra vez. “A dos de ellos les dispararon tratando de entrar en la casa de un ranchero mientras estaba en casa. Oí que uno de ellos se mató tratando de escapar de un coche patrulla. No pudo hacer esa última curva. Los otros... bueno, deben haberse esfumado. Nadie sabía adónde habían ido y a nadie le importaba.”

Ahora sabía por qué Sam no había querido hablar sobre algunas épocas de su vida. Claudia se inclinó, ...