-
La entrevista
Fecha: 07/11/2025, Categorías: Hetero Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos
... para volver a besarnos de nuevo. – Déjame, déjame por favor… No debo, no debo… – ¡Calla, calla! – No, no, eres malo conmigo bandido. – ¿Acaso no te gusta? – Claro que me gusta, es solo que… – ¿Qué? – Nada, nada… vuelve a besarme, bésame Salva. La lucidez volvía a ella por momentos, pareciendo echar por tierra tan agradable encuentro. Entre hipidos se resistía de forma leve, abrazada a mí sin muchos esfuerzos por separarse. Por mi parte, la tenía bien sujeta con la firme idea de no dejarla escapar. Aquel cuerpo tan bien formado me estaba haciendo perder los estribos, acariciándola con descaro por encima de las ropas sin parar de mover las manos arriba y abajo. Buen cuerpo, buenas tetas, era imposible mantener la compostura ante semejante monumento de mujer. Con todo en su sitio y carne donde coger como a mí me gustaba, uno debía estar loco para dejar pasar una ocasión como aquella. Del cabello bajaba por la espalda hasta alcanzar la cintura que enlacé con el brazo. La besé con ternura, sintiendo los labios temblarle como le temblaba el resto del cuerpo. Cogiéndome la cabeza, volvió a abrir la boca para caer en un beso apasionado y sensual, las lenguas luchando entre ellas en un contacto feroz. Más baja que yo, los ojos cerrados y con el gesto entregado, se agarró a mis brazos al elevarse sobre los pies demandando que la amase. Lo hice, aquella mujer valía mucho la pena y debía aprovecharlo. Un latigazo me corrió entre las piernas al ver la fuerza con ...
... que me apretaba los brazos. – Bésame, bésame cariño. – Eres preciosa. – Oh sí, dime cosas bonitas anda. – Me gustas Greta. Me gusta tu cuerpo de formas redondas y curvilíneas. – Así sí, continúa diciéndome esas cosas. – Me gusta tu cuello largo y delicado, me encantaría comértelo hasta hacerte rabiar. – Sí chúpamelo… eso me pone un montón. – Te deseo nena, te deseo. Me muero de ganas de hacerte el amor. – Ummmmm qué directo… sí, ámame chico malo… Atrapé su cuello, empezando a chuparlo y lamerlo con fruición. Haciéndola suspirar y removerse con cada nuevo roce sobre su sensible piel. Temblaba toda ella dejándose hacer, riendo y agradeciendo las constantes caricias que le prodigaba. Era cierto que aquello le ponía un montón, no me había engañado y la prueba clara es que parecía perder el sentido con los chupetones y besos que le daba. Subía y bajaba para volver a subir, pasando y repasando la lengua de manera procaz. Mientras lo hacía llegándole a la barbilla y luego al labio inferior que mordí provocándole un gemido lastimero, con las manos le corría la espalda resbalando por los costados hasta hacerme con el redondo y prieto trasero que manoseé haciéndome al tamaño notable del mismo. Traté de soltarle el botón del pantalón, pero ella no me dejó diciéndome con voz mimosa que esperase… ahora quería otra cosa. – Espera nene, espera. No seas impaciente, ¿quieres? – Lo que tú mandes preciosa. – Ummmmm, me chifla que me digas eso… – ¿Qué ...