1. Verano, bicicleta, maduro, twink: cóctel explosivo


    Fecha: 07/11/2025, Categorías: Gays Autor: Klaus, Fuente: TodoRelatos

    ... tenia.
    
    - Toooda la superficie entre la coronilla y los dedos de los pies -dije volviendo a señalar la trayectoria con el dedo sin tocarle-. E incluso algunos puntos menos superficiales también...
    
    - Puf -resopló.
    
    - ¿Te excita imaginártelo? -le dije.
    
    - La verdad es que sí.
    
    - Seguiré adivinando... tú no te aprecias mucho a ti mismo, y nadie te había dicho a la cara lo bueno que estás, nunca te has sentido deseado, nunca te han tirado los trastos?...
    
    - No.
    
    - No me lo creo –aseguré-. Lo que pasa es que no te habrás enterado.
    
    Mientras con una mano sujetaba la bici, le rocé con la otra la entrepierna, que comprobé dura bajo el refuerzo almohadillado.
    
    - Ay, los veinte años -me reí y retiré la mano-. Se empalma uno con la mínima cosa. Anda, vete a esos árboles a mear a ver si se te baja, jaja. Ahora pensamos como volver con esta bici tuya.
    
    - Bueno -se echó a andar- no creo yo que pueda mear, pero a ver si así me da el aire y se me baja el calentón, jaja.
    
    Sujeté la bicicleta y la dejé en el suelo. En realidad yo disimulaba mi propia excitación desmedida. Yo había imaginado una escena casi igual… qué leche, yo tengo escrito un relato con una escena muy parecida. No sabía que tenía escritura premonitoria.
    
    Me fui tras él, lo más silenciosamente que pude. Aunque yo creo que estaba atento a ver si le seguía. No se sobresaltó cuando le puse las manos en los costados y me arrimé a su espalda. Le bajé las manos por el torso y le susurré a la oreja:
    
    - ...
    ... Déjate llevar. Imagina lo que quieras.
    
    Se había sacado el rabo, recto, bastante morcillón, se la había empezado a cascar. Yo bajé mi mano derecha hasta su polla y aparté su mano y empecé a pajearle, con la otra le sobaba el pecho, el abdomen plano, le pellizcaba los pequeños pezones. Echó la cabeza hacia atrás, la apoyó sobre mi hombro, con los ojos cerrados... Su boca y su cuello estaban a mi alcance pero me contuve... le jadeé en la oreja, le metí la lengua.
    
    Mi mano seguía a su ritmo agarrando un rabazo cada vez más tieso, despejando el capullo, chocándoselo con el pulgar cuando bajaba del todo... Goteaba que daba gusto, me lo hubiera llevado a la boca si no hubiera significado soltarlo.
    
    Le empecé a susurrar al oído...
    
    - Madre mía, cómo no te habían metido mano bien antes... con este pedazo de rabo... qué mojadito se te está poniendo... ¿vas a soltar mucha leche?... a lo mejor tendrías que meterla en algún sitio...
    
    Me agarró el antebrazo como si me fuera a hacer parar, pero en realidad acompañaba el movimiento, sólo apretaba el puño fuerte. Le pasé la mano libre por la ingle, frotando bien, y luego la acerqué para que la oliésemos los dos ...
    
    - Qué bien huele un macho joven en celo, verdad? Me resulta irresistible...
    
    Volví a bajar la mano hacia debajo de sus huevos, apretándole el periné, frotándole entre los huevos y el ano, sin dejar de pajearle. Se le notaba palpitar por dentro. Qué yogurín.
    
    Me hubiera puesto delante arrodillado a comerle la polla ...
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