La Amante Inmortal II - Relatos Eróticos

La Amante Inmortal II

... quieras, preciosa.

Juegos de niñas

Kishar y Nergal estaban evaluando mis progresos.

— Está progresando mucho. Tiene una habilidad natural.

— Si tú lo dices.

— Ya la he afinado en cuanto mis capacidades. Creo que es tiempo que tú la tomes a tu cargo y completes su enseñanza, antes de someterla a la Diosa.

— En qué se entretiene ahora?

— ConMeania y Ninki. Le gusta, pero se nota que le falta algo más que lengua y lamidas.

…

Ya conocía todas las partes del ritual, aunque aún no me permitían oficiarlo. Me decían que faltaban todavía algunas ceremonias. Cumplidas las tareas rituales formales me dediqué a pasear por los jardines del templo. El jardín estaba cruzado por los cuatro ríos de Edén que se reunían en su centro, mientras que arbustos y árboles formaban dibujos de verdor a su alrededor, resaltados por flores de mil colores.

En un ángulo de ese Edén se levantaba una tienda azul brillante donde refugiarse del intenso calor. Allí nos dirigimos junto a Meania y Ninki.

Era un día particularmente agobiante pero el diseño y las telas de la tienda dejaban pasar la brisa refrescándola sin que pasara la luz plena del sol, sólo su luz difusa se veía dentro.

Nos acomodamos entre los almohadones para beber aguamiel y comer unas frutas.

— Han visto que Kishar y Nergal pasan cada día más tiempo juntos? — Indagó Meania

— Si. Algo se traen esos dos — Coincidió Ninki

— Bueno no es de extrañar. Ella es deliciosa y él tremendamente atractivo — ...

... Propuse — No sería de extrañar que se acostasen.

— Pero eso es una violación sagrada

— Para ustedes tal vez. A mí poco me importa lo sagrado y sospecho que a ellos tampoco. No me digan que no gozarían con ellos si tuvieran oportunidad.

— Lo dices porque ya has probado a Kishar

— Como las he probado a ustedes…mis preciosas delicias

Jóvenes como yo y con sensuales cuerpos eran dos alegrías de las que no me cansaba nunca.

— Adulona — Musitó Ninki mientras se acercaba a morder mis tetas.

— Para mí la otra — Bromeó Meania y se abalanzó a la tarea.

Magreaban mis pechos por encima de la blusa, hasta que yo misma los destapé, para que pudiera besarlos, lamerlos, y adorarlos. Los gemidos ya no eran suaves. Eran descarados, como las fieras ardientes que éramos.

Apreté sus cabezas contra mis tetas para sentir sus mordidas. Ellas sumaron sus manos para frotar mi sexo, y pronto dirigieron hacia allí sus bocas ardientes. Se arrodillaron para chupar mi pene y mis huevos exponiendo a mis manos sus deliciosos culos que acaricié y froté con placer. Que encantadora es la anatomía humana y más en ese sitio para acariciarlo, besarlo, lamerlo, meter mi lengua allí.

Hice que Meania acomodase su vagina en mi boca mientras masturbaba la de Ninki.

— Ninki móntate en mi verga…Así, bien adentro…Cabalgame…

Las jóvenes estaban ahora enfrentadas por lo que empezaron a besarse y magrear sus tetas. Yo gozaba de la concha de Ninki con mi pene y la de Meania y su ano con mi ...