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LNE (3). Unicornios en modo combate
Fecha: 08/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Schizoid, Fuente: TodoRelatos
Comentarios y sugerencias aschizoid@gmx.es. Gracias por leerme. Recomiendo leer todos los capítulos para comprender la historia y el desarrollo de los personajes. La nueva escuela Capítulo 3. Unicornios en modo combate Lúa entró al despacho de Jimena con un dibujo en la mano y cara de haber comprendido algo irreversible sobre la vida. —He dibujado mi emoción —dijo. Jimena lo observó. Era una casa flotando en un cielo rojo, con ventanas llorando y una nevera rota en el tejado. —¿Y esta casa quién es? —Yo. La tristeza está en la despensa. Nadie la ve, pero siempre está llena. Jimena tragó saliva. —¿Quieres que hablemos de eso? —No, quiero que me digas si los adultos también tienen despensas tristes. —Claro que sí. Algunos incluso tienen trasteros con culpa acumulada desde los noventa. —Entonces no quiero crecer —dijo Lúa, enrollando el dibujo. Jimena le ofreció una galleta y un libro de poesía para primeros lectores. —Puedes esperar un poco. Crecer no es obligatorio todavía. —¿Y si me convierto en frigorífico? —Pero intenta que sea de bajo consumo —sonrió Jimena. Lúa asintió y se fue, dejando el dibujo sobre la mesa, donde Jimena lo guardó en su carpeta de “pequeños oráculos”. *** Al terminar la reunión del viernes, todos se dirigieron al patio donde los niños salían como si llegaran de un festival de barro en las trincheras de Verdún. Marian se acercó a César con dos cafés en la mano. —Te traigo uno. ...
... Descafeinado, sin azúcar, pero caliente. Como tú —dijo, con una risa suave. César sonrió, distraído. —¿Caliente por dentro pero emocionalmente amargo? Marian parpadeó, sin saber si él bromeaba o simplemente era idiota. Sin descartar que fuese ambas. —Te estaba haciendo un cumplido. —¡Ah! Claro. Gracias, lo aprecio. Es raro cuando alguien me asocia con bebidas sin azúcar. Me ofende y me halaga a la vez. Ella asintió, desconcertada. Luego añadió: —Pensaba ir este finde con la peque al parque del lago. Nos vendría bien compañía... Si no tienes plan. —¡Plan ninguno! Me toca lavar sábanas. Las de dinosaurios. Son mis favoritas —dijo él, creyendo haber hecho un comentario cool. —Claro... dinosaurios. Te escribo entonces. Desde la distancia, Inés lo miraba como quien observa a un koala intentando resolver un cubo Rubik. —No tienes remedio —le dijo cuando se acercó. —¿Por? —Marian. Te lo ha dicho clarísimo. —¿Qué? ¿Lo del parque? —Lo del café. Lo del "caliente". Lo de la invitación disfrazada de plan familiar. Te ha lanzado un panfleto de interés romántico y tú has contestado con sábanas de dinosaurios. —Ah. ¿Eso fue coqueteo? —Dios mío… un momento… Ni tú eres tan obtuso. ¿Qué está pasando, César? Él sonrió enigmáticamente, y no respondió. *** La actividad programada para ese infausto viernes era el taller de biodanza propuesto por Esther, aunque por razones laborales no pudo impartirlo. En su lugar, Lluvia se encargó de todos los ...