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Pelirroja... peligrosa (4ª parte)
Fecha: 10/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos
... de lo lindo y que sólo me soportaba para ayudar a su amiga a ligarse a Nacho. Mi recién coronado mejor-amigo-de-toda-la-vida se dejaba hacer, porque la amiga de la rubia estaba muy rica. Cuando se acabó mi repertorio de chorradas de borracho me callé y miré a mi alrededor para ver… ¡joder! ¡Nada menos que a Nuri y a Marga, las amigas de Silvia! Ellas me vieron inmediatamente, y como también iban bien azufradas de cubatas, se acercaron sonrientes a tope y cariñosas a más no poder. Nacho dejó a la amiga de la rubia para conocer a mis dos repentinas acompañantes. Cuando Marga, la pequeñita, vio a Nacho se quedó bastante impresionada. Así que empezamos a charlar y nos fuimos a un local que cerraba bien entrada la mañana. Allí seguimos tomando (aunque yo tenía que conducir, así que me bebí un par de tónicas para intentar al menos recuperar la coordinación mano-ojo y poder abrir la puerta de mi piso), pero las chicas y Nacho se lo estaban pasando de miedo y no paraban de insuflarse copas. Salimos del local ya casi a las diez, yo un poco más sobrio, y los otros tres figuras con una castaña como para salir en la tele. El caso es que yo quería ir a casa, y así se lo dije… ¡buena la lie! Soy uno de los pocos de la cuadrilla que tiene casa propia… y me di cuenta de mi error en cuanto se me ocurrió comentarlo. Los tres se pusieron como locos por que fuéramos a mi casa a terminar la fiesta. Por más que insistí, no pude disuadirlos, sobre todo cuando Nacho me dijo en un aparte ...
... que le hiciera el favor de llevarle a mi casa para que pudiera tirarse a Marga, o que le dejara el coche al menos. Como mi coche es sagrado, al final me resigné: le dije pondría un par de copas y un poco de música, les dejaría solos paras que follaran a gusto, llevaría a Nuri a casa, y luego entraría sin hacer ruido en mi habitación y les dejaría dormir toda la mañana del sábado… ¡pero sólo hasta la hora de comer! Lo pienso ahora y es que tenía que estar todavía muy borracho para haber hecho semejantes planes. Juro que yo entonces sólo quería coger la cama y dormir hasta la noche siguiente. Así que cogí el coche, y muy despacito conduje hasta casa, lo metí en el garaje, y con los tres calaveras que me seguían subí a mi casa. Entré en casa y dejé pasar a Nacho y a las chicas. Mi casa está bien, y la tengo semivacía porque me sobra mucho sitio. El salón es muy abierto y grande, y solo tiene un sofá, la tele, el equipo de música y una alfombra enorme que ya estaba en el piso cuando lo alquilé. A un lado del salón está la cocina, justo junto al hall, del que, a través de un arco, se entra al salón. En ese mismo lado una barra separa la cocina de la sala de estar, y a los otros tres lados se abren otras tantas puertas que dan a dos dormitorios grandes (cada uno con un baño) y una terraza bastante amplia, respectivamente. Las chicas, borrachas como cubas, se descalzan y empiezan a bailar mientras Nacho pone algo de música, un poco alta. Yo voy a la cocina y preparo tres ...