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Pelirroja... peligrosa (4ª parte)
Fecha: 10/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos
... copas. -¿Tú no bebes? -me pregunta Nuri, sonriendo y formando esos graciosos hoyuelos en las mejillas. El pantalón rojo que lleva le sienta fenómeno, y baila muy bien. Así que encogiéndome de hombros sirvo un poco de whisky y coca cola en un vaso y me pongo a bailar con ellos. Nacho y Marga enseguida se empiezan a comer la boca, y aprovecho para poner un poco de música lenta (no sé lo que pongo, de verdad, Van Morrison creo). Nuri y yo no sentamos, charlamos… La miro a esa carita que tiene, a sus hoyitos, a su pelo rubio, a sus ojos marrón claro… y termino enrollándome con ella en el sofá. Se nota que a la tía le va la marcha, porque me come la boca como si nos fuéramos a morir mañana. ¡La leche! Su lengua parece poseída, se menea por mi boca sin parar, cuando se para la tía me muerde y me tira de los labios. Estamos intercambiando saliva como cinco minutos cuando me tocan en el hombro. ¡Joder, pego un brinco de la hostia! Es el jodido Nacho, que me hace señas con la mano de Marga agarrada. Pero mira que es cortito, es tío. Sin parar de darme el lote con Nuri, le señalo a una de las habitaciones, y los dos se meten para dentro… Marga es como la mitad de Nacho, o menos… la va a destrozar. Pero yo vuelvo a lo mío. Nuri quiere más caña, así que además de comernos la boca la empiezo a magrear la espalda y el culo… lo tiene prieto prieto, firme, como tiene que ser un culo, para entendernos… la verdad es que está buenísima, porque noto sus tetas apoyadas contra mi ...
... pecho y son también grandes y duras. Yo creo que en mi vida me he enrollado con una tía que estuviese tan buena. Y ya era hora, la verdad. Nuri se acomoda encima de mis rodillas y mientras me besa me desabotona la camisa (aún voy vestido con la ropa del trabajo), mientras yo me saco los zapatos como puedo. Cuando se quita la camiseta veo su sujetador color morado, lleno a rebosar de unas tetas redondas y abundantes. Lo desabotono como puedo (confieso que no es mi especialidad), y libero sus impresionantes ubres. Son grandes, pero sostienen firmes y con una forma redondeada, tetas de adolescente. Se les nota la marca del bikini, porque están bastante blancas, haciendo que destaquen más sus pezones color marrón, duros a más no poder. Me las como a bocados, disfrutando de su sabor y de su dureza. Las magreo, las sopeso, las aprieto y me lleno de su tacto y su tersura. Paso una mano por su espalda y empiezo a bajar hasta el culo, que tensa su pantalón. Ella me acaricia la cara, me besa la nuca, el cuello, los hombros, a toda prisa, espoleada por la urgencia de la excitación. De repente se baja de mis rodillas, y mirándome a los ojos se desabrocha el pantalón, deslizándolo por sus piernas, descubriendo unas braguitas moradas y empapadas. Con voz un poco entrecortada me pregunta: -¿Tienes un condón? -digo que sí con la cabeza y saco la cartera torpemente, pudiendo apenas sacar un preservativo. Casi se me cae de lo que me tiemblan las manos, y es que en serio les digo que ...