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El bañador de mi madre (2ª parte)
Fecha: 13/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Atrevido, Fuente: CuentoRelatos
Que mi madre se durmió en mis brazos y yo en los de ella, perdiendo la noción del tiempo y si no es porque a la Pilarica se le han olvidado las llaves del piso, nos encuentra dormidos completamente desnudos y empernados. Sube la Pilarica al piso y como de costumbre se pone ligera de ropa, pero me sobresalta cuando exclama: -¿que aquí ha pasado algo?… ¿que aquí ha pasado algo?, que lo digo yo, que hay un olor raro que no sé qué me recuerda. -Naa, naa, que Jesulin ha hecho ejercicio aquí mismo dentro, y ha sudado como una hostia que no veas, contesta muy a tiempo mi madre, sin convencer completamente a la Pilarica, que replica: -Vale… Yo me escabullo a la ducha y la Pilarica se asoma a verme y le reclamo: -¿que os pasa Pilarica que te gana el pis? Ella sin decir palabra poniendo una cara como de detective que ha encontrado una pista, se regresa y yo me ducho más por compromiso que por ganas, ya que deseaba mantener el aroma de mi madre, como si con eso quedara para siempre grabado en el tiempo y en mi cuerpo todo lo vivido con mi madre. Transcurrió como una semana, sin que se produjera ningún comentario de mi madre y llegué a pensar que para mi desgracia todo había sido un sueño y que no volvería a follarme a mi madre, por lo que ya estaba perdiendo el control, pues todas las noches deseaba ver aparecer en mi dormitorio a mi madre, con algunas de sus pijamas transparentes que a veces por descuido lucía, pero nada, que sucede que un miércoles me pide ...
... que la esperara en la estación de “Callao” para tomar el metro, ya que había ido de compras al Corte Ingles de Plaza del Sol, quedamos de encontrarnos antes de entrar al metro y me senté a esperarla a un lado del estanquillo de periódicos, la veo venir cargando las clásicas bolsas de ropa que había comprado. Nos saludamos de beso en la boca y tomamos el metro con destino a Marqués de Vadillo, era la hora de que todo Madrid toma el metro y uuf, que a duras penas pudimos abordar el vagón, quedando yo atrás de ella, tan apretaos que no me quedo más que acoplarme a su cuerpo y abrazándola la pegué al mío, verán que su culo esplendoroso quedó a la altura de mi polla por lo que de manera instantánea ésta cobró su brío y se extendió sobre las jugosas nalgas de mi madre, que al sentir lo duro de mi pene, se acomodó para sentirla mejor. Llegamos a la estación Ópera y subió más gente, lo que me favoreció para prácticamente mantenerme inmóvil como lapa al culo de mi madre, sentía que de un momento a otro me corría y más que mi madre empezó con un movimiento ondulatorio con su culo que no veas macho. En la Latina, coño que ya no cabe ni un alfiler y yo pegao a mi madre. En la Puerta de Toledo, no subió ni bajo nadie, por lo que seguí metido en un mar de calentura y mi madre igual. En Acacias que normalmente bajan los pasajeros que transbordan al de Cercanías, ¡joder! que suben más, y esto fue la hostia, más gente más apretaos, y mi polla destilando fuego que la madre que me ...