-
Mi jefe me convirtió en Lucero
Fecha: 14/11/2025, Categorías: Transexuales Autor: lucetrav, Fuente: CuentoRelatos
... … Estuvo así un buen rato hasta que paró, separó mi cabeza de su cuerpo, por lo que dejé salir su falo de mi boca. -Te gusta comer verga, lucero? – me preguntó mirándome a los ojos sonriendo de satisfacción. Estaba avergonzada, me sentía humillada, pero mi respuesta fue, de echo, clara: -Si Isidoro. -Te gusta chupar verga como una buena niña? -Si señor – el tono algo autoritario que usaba y esas palabras no hacían más que aumentar esta excitación tan extraña que sentía. -Y sabes lo que viene ahora, verdad querida? En mi interior sabía que llegaría esta pregunta, que llegaría este momento. No quería que llegase, pero ahora sabía cual tenía que ser mi respuesta. Y en el fondo de mi interior sentía que empezaba a desearlo. -Si Isidoro. -Si verdad? A ver, dimelo? -Toca que me tomes – contesté avergonzada. -Que quieres decir, Lucero? -Que ha llegado el momento que tomes mi ano, que me folles el culo. -Bien dicho, Lucero, bien dicho. Te apetece verdad que te folle? Sentía como mi polla estaba a punto de reventar el tanga, y como un cosquilleo extraño, desconocido, recorría mis entrañas hasta llegar a mi ano. No podía negarme ni a mi misma la respuesta: -Si Isidoro. -Si que? Anda pídemelo, pídele a tu papito que es lo que quieres. -Quiero que me folles el culo, quiero que me metas tu verga hasta el fondo de mi culito – me salieron solas las palabras, sin poder creer que esto lo estuviera diciendo yo sola. -Pues ahora quiero ...
... que te pongas de cuatro patitas como una buena perrita, mientras me lo vuelves a pedir, Lucero querida. Me levanté, me quité el tanga dejando solo las medias y el portaligas y me puse encima la cama. Me coloqué de cuatro patas, abrí las piernas y arqueé un poco la espalda entregándole mi culito completamente virgen a Isidoro para que hiciera con él lo que quisiera. Un culito que, sin poderlo evitar, ardía de ganas de experimentar la sensación de ser follado. -Soy toda tuya, Isidoro. -Estás preciosa – me dijo mientras sentía sus manos en mis nalgas y como empezaba a masajear mi culo y mi ano. Las caricias de Isidoro me gustaban, no podía negarlo, y mi excitación crecía más y más por segundos. Y cuando sentí su lengua caliente y húmeda lamer mi ano, el placer era ya insoportable. Y entendí lo que Isidoro estaba esperando: -Isidoro, por favor, follame ya, no puedo más. -Ah si? Mi Lucero quiere que la folle? -Si por favor, me muero por sentir como me follas el culo. – No sabía muy bien como lo había conseguido Isidoro, pero en ese momento lo que más deseaba en el mundo es que Isidoro me tomara como suya y me follara mi culito que ardía de deseo. -Muy bien, muy bien, sigue hablando así, como me gusta, como me calientas – me dijo mientras empezaba a meter primero uno y después dos dedos embadurnados con alguna crema. -Quiero sentir tu verga en mi culo. -Quieres que tu papito te folle? -Si, por favor. Papito follame – ya todo me daba igual. Estaba ...