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Una herencia inesperada III
Fecha: 16/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos
... conmigo para lo que hiciese falta, y coño, parece que no os hacía falta nada a ninguno de los tres. El resto ya lo sabes y no ha estado nada mal… -Lo tengo bien merecido. – dijo Mary – Esther me has demostrado que lo que yo pensaba de ti es verdad, eres muy inteligente y muy madura y te pido perdón por lo que aun siendo una niña te mostramos por nuestra propia lujuria y también por lo que eso puede haber influido en tu personalidad. -Los que no han dicho nada son Mel y Julia. – comento Ana - ¿No tenéis nada que decir? -Si yo tengo algo que decir, es que sentía lo mismo que Esther y que Ana, y al igual que ellas desde mi adolescencia he fantaseado con amarlas y a ser posible a las dos a la vez. – dijo Mel – Y yo no puedo echar la culpa a nadie pues si no se lo dije a ellas fue por miedo a que me rechazasen, pero en mi favor tengo que decir que a las dos las quiero muchísimo como personas y como hermanas. A Yoli también la quiero igual que a ellas, exactamente igual, siento ternura, cariño, respeto, amor incondicional, pero no siento por ella esa imperiosa necesidad de acariciarla, besarla, abrazarla y poseerla como siento por Esther y Ana. -No me siento marginada, para nada. – dijo riendo Yoli y dirigiéndose a Mary y Julia las pregunto: - ¿Y sabéis por qué? Porque esta mañana Mel me ha hecho la paja más alucinante que podáis imaginar mientras se follaba a Ana y le comía el coño a Esther. Solo teníais que haber oído el alarido de placer que he soltado. -Aullaba ...
... como una loba. – rompió a reír Ana – No sé si está bien o mal lo que hemos hecho, supongo que de cara a la sociedad no estará bien visto, pero no creo que ninguno de nosotros nos podamos sentir culpables pues, además de disfrutar como nunca, lo hemos hecho con cariño, ternura, respeto y profundo amor. -Yo no voy a juzgar a ninguno de vosotros, pues tengo que deciros que os entiendo. – se decidió a dar su opinión Julia – A mí me habría gustado que todo el mundo supiese lo feliz que era, aunque las personas de mi entorno lo considerasen fuera de las normas, pero al igual que a Mary, nos frenaba la hipocresía de mi padre. Él era cautivo de las falsas normas de esta podrida sociedad. Vosotros tenéis la suerte de no ser personas publicas ni notorias y también tenéis dinero para hacer lo que os plazca sin llamar la atención. Lo único que os pido es prudencia para no tener descendencia. ¿Tuvisteis eso en cuenta? -Tomaremos las medidas necesarias para que no ocurra nada irreparable, no te preocupes por eso. – dijo Ana y riendo alegremente las pregunto – Y ahora con todo aclarado ¿Vais a hacer de modelos para Mel? -Si él aún quiere, por supuesto. – dijo Mary – Antes de esta conversación ya lo teníamos decidido Julia y yo. Pero tener en cuenta que esta tarde vamos a entrevistar a la amiga de Mel y sus familiares, y si aceptan trabajar aquí, mañana o pasado estaremos conviviendo con personas ajenas y deberemos de cuidar nuestras formas. No me gustaría que en un futuro habría ...