1. DINERO


    Fecha: 11/02/2019, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... recibía de parte del viejo una propuesta de trabajo, como secretaria. Comencé a trabajar, y la relación fue seria, jamás hablamos de ese día, pero poco a poco la relación con mi esposo se iba enfriando, conocí a José Luis, hijo de Enrique, un cuarentón entrecano, me fui enamorando de esa vida, había dinero, había poder, había lujos, poco a poco cree mi castillo de cristal, me permitía soñar nuevamente, llegó el momento que volver a casa era un fastidio, el casi inválido era cada vez mas demandante, sus celos crecían y se ponía caprichoso. José Luis se había transformado en mi objetivo, estaba decidida, cueste lo que cueste. Una tarde el viejo me llamó a su despacho, padre e hijo estaba sentados frente a frente, escritorio por medio, me paré frente a él, pegada a José Luis, el viejo inquirió recordándome esa tarde… - María… mi hijo quiere saber cuánto cuesta tu cola, si es que está en venta, claro… A todo esto, la mano de de José Luis apretaba con fuerza mi nalga izquierda, la saqué presurosa sintiéndome ofendida, ambos rieron a carcajadas… El dinero comenzó a caer sobre el escritorio, nuevamente, otra vez la misma jugada, no me avergüenzo, acepté nuevamente… Don Enrique se retiró cerrando la puerta tras sus pasos, el cuarentón estaba a solas conmigo, sabía que era mi oportunidad, debía ser muy complaciente, costara lo que costara… José Luis se movió sobre las ruedas de su silla, yo me quedé parada apoyada contra el escritorio, lo sentí ponerse a mis espaldas, saqué culo, ...
    ... sabía dónde iba, sus manos tomaron con firmeza mis glúteos, lo dejé levantar mi falda, lo dejé bajar mis madias de nylon, lo dejé bajar mi bombacha, lo dejé jugar con mi trasero desnudo, lo dejé para su lengua por mi concha, por mi esfínter, solo miraba el dinero que estaba sobre el escritorio. Me entregué a él, quien se paró a mis espaldas, aprisionándome contra el borde del mueble, besó mi nuca, mi oreja, giré un tanto mi cabeza para que mis labios alcanzaran los suyos, pasé una mano hacia atrás para acariciarle la verga que estaba dura y amenazante, a su vez, sus manos se habían colado bajo mi blusa, bajo mi sostén, para apretar con fuerza mis pechos, mordió con rudeza mis hombros, me sentía excitada, caliente, tanto tiempo sin tener una verga dura en mi interior, en lo profundo, encima me darían buen dinero… La punta de su pene se apoyó en mi esfínter, ejerciendo la presión suficiente como para derribar mis defensas, me fui relajando, empujé yo también hacia atrás, que delicia!. Suspiré aliviada cuando se enterró en mi profundidad, a moverse en mi interior, entrando, saliendo, trataba de contraer mi músculo para disfrutarlo al máximo, ahogaba mis gemidos que podían delatar la situación fuera de las paredes del lugar. Me tomó de sorpresa cambiando de agujero, pasó a mi concha que se derretía como un trozo de hielo al sol, pasé mi mano bajo la tanga para acariciar con ritmo mi clítoris, ya no recordaba lo que era tener una buena pija en el interior, dura, caliente, mi concha ...