Fatty, Patty y Katty VI - Relatos Eróticos

Fatty, Patty y Katty VI

... creía que por mi culpa te ibas a quedar medio bobo. Lo que ha pasado es que me han empezado a hacer cosquillas y yo que no las aguanto he soltado la puerta y te ha caído en la frente. Te has quedado como idiota y has estado así unos cuantos minutos.

-¿Solo unos minutos? – pregunto cada vez más aturdido Jesús – Pues sí que han dado de sí esos minutos, he soñado que ocurrían muchísimas cosas, extrañas, pero agradables.

-Debian de serlo, porque has pillado una erección de burro salido que no veas. – dijo ya más relajada otra de las sobrinas y haciendo gala de su sarcasmo - ¿A quién te has follado en sueños? Porque resoplabas como si estuvieses disfrutando a pesar del leñazo que te ha dado la puerta.

-No sé exactamente qué ha pasado, solo sé que me he sentido como en una nube, habrá sido por el propio golpe. – dijo Jesús intentando disimular la corrida que notaba en sus calzones, por las visiones o sueños que había tenido en los escasos minutos que perdió la conciencia y termino diciendo – Me encuentro bien, no hay problema alguno, me lavo la cara, me despejo y podemos seguir con lo que estábamos haciendo.

-Primero vamos a ver si estas bien, - dijo Alma moviendo una mano delante de sus narices y preguntándole - ¿Cuántos dedos te estoy enseñando?

-Dos, son dos dedos, el índice y el corazón. – la tranquilizo Jesús – Y no te vayas a sentir culpable por lo gamberras que son mis tres sobrinitas y lo torpe que he estado yo no cogiendo a tiempo la puerta. Me voy a ...

... mojar la cabeza y vuelvo en unos minutos.

Jesús se fue a su dormitorio y tras una rápida ducha, durante la cual dedujo que las sensaciones que había experimentado en sus momentos de perdida de conciencia, probablemente fueron inducidos por lo que su hermana le había dicho durante el encuentro sexual que hacía escasos minutos había mantenido con ella y con su madre, sensaciones tan intensas que hasta había eyaculado solo con el poder de su subconsciente. Una vez que regreso, ya relajado y cambiado, siguieron desmontando el armario y llevando las piezas desmontadas hasta el dormitorio que haría las veces de vestidor y a donde también llevaron las maletas. Mientras Alma y Jesús terminaron de desmontar los paneles y vaciar completamente el dormitorio donde iban a montar las camas, las otras cinco, siguiendo las instrucciones de Alma, se llevaron las mesas, sillones y sillas al que iba a ser cuarto de estudio, y colocaron un mínimo de ropa en el armario que no iba a desmontarse, para que tuviesen a mano alguna prenda para cambiarse.

Cuando Jesús y Alma se quedaron solos, el no pudo evitar mirarla con otros ojos, pensando si realmente desnuda seria como la había visto en su sueño, ensoñación o pesadilla, lo que hubiera sido aquello que duro al parecer escasos minutos, pero que a él se le hizo una eternidad maravillosa. Y tampoco pudo evitar preguntarse si sería virgen, en cuyo caso no tendría ningún inconveniente en ser el quien la desflorase como había ocurrido hacia escasos ...