1. Julia, la farmacéutica (2)


    Fecha: 19/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos

    ... un lactante, y después que yo le le haga una felación. Aunque, le confieso que él fue el primer hombre al que le permití que me enculara y que se corriera dentro de mi culo. Hasta entonces nunca se lo había dejado hacer a nadie. Me daba vergüenza y no me llamaba la atención. Pero reconozco que ahora me encanta que me den porculo. Pero sí, don Boscos fue primero en encularme.
    
    -¡Vaya con el farmacéutico!
    
    -Y sí, cumplió su palabra y me contrató. Se ve que le encantó bombearme el culo . Y a mi marido, desde que le dejé probar, también. Aunque él al principio tuvo algún reparo y le sorprendió que se lo propusiera. Pero después, ahora, es un adicto en darme bien porculo.
    
    -¿Pero no le parece que don Boscos se propasó? Eso no me parece muy legal.
    
    -Bueno, fue como firmar un contrato. Yo en eso momento no tenía trabajo. A ver, sí que tenía algunas ofertas de varios empleos, pero yo, al haber estudiado farmacia, quería ejercer de farmacéutica. Cuando tuve a las niñas, dejé mi trabajo en una farmacia. Con mis tres hijas y con el sueldo de mi esposo, íbamos muy justos. Y a mí siempre me ha gustado vivir bien, con lujos y eso. Es que mi familia es muy rica, ¿sabe? Pero yo me enamoré de quien ahora es mi esposo y mis padres no lo aprobaron. Y claro, ellos… pero bueno, eso es triste y muy largo de contar.
    
    La cuestión es que cuando vine aquí a ver si me querían contratar y conocí al señor Boscos, él me dijo que gracias, pero que no necesitaba de mis servicios. Entonces él ...
    ... llevaba la farmacia junto a su esposa. Pero vi cómo me miraba y decidí volver al cabo de unos días. Me vestí muy sexy y fui muy amable con él. Pero nada, no me contrató. Cuando volví una semana más tarde, fui muy cariñosa con él, muy mimosa. Aunque notaba que le gustaba, me dijo que no me contrataba. Supe que los sábados por la tarde él estaba solo en la farmacia y conseguí que me diera una cita para el sábado siguiente, a la hora de cerrar por la tarde.
    
    Yo me presenté con un vestidito que tenía de cuando salía de fiesta a los dieciocho años y con la ropa interior más sexy que tenía, sabiendo que el vestido no cubría gran parte del sostén y que por poco que me moviera dejaba ver mis bragas. Al cabo de unos minutos de hablar, pasamos a esta salita y dejé que me besara, que me tocara por todas partes, que me oliera… Aunque debo decir que me molestaba y casi me repugnaba, vi que era mi momento, que o entonces o nunca. Me quité las bragas, se las tiré, él las olió, le di la espalda, arremangué mi vestido para que viera bien mi culo y mi coño. Él babeaba. Luego le bajé la cremallera y le saqué su pene morcillón.
    
    Se lo acaricié. Y se lo besé. Le pegué un lametón y vi su erección. Entonces le dije que si me contrataba, le haría la mejor mamada de su vida. Él me dijo que de acuerdo, que me haría un contrato por unos meses, a prueba, si se la mamaba. Yo le dije que no, que o era un contrato indefinido o que nada.
    
    -Julia, ve terminando –exclama don Boscos desde el mostrador— Va, ...
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