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El círculo. Cap.37. La calma que es guerra
Fecha: 20/11/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Ixchel Diaz M, Fuente: TodoRelatos
... ignoró. —Durante años, nos vendieron la idea de que para participar en política había que endurecerse, volverse cínicas, imitar a los hombres. Nos dijeron que para tener poder había que volverse cruel. Yo vengo a decirles que eso es mentira. Hizo una pausa, los asistentes aplaudieron. —Yo vengo a proponer otra forma de poder. Una nueva forma de poder femenino. Firme. Sensual. Empático. Estratégico. No vamos a dejar de ser mujeres para ocupar un espacio. Vamos a conquistar el espacio... siendo exactamente quienes somos. Aplausos. Esta vez, más fuertes. Algunos se pusieron de pie. Ella esperó a que el murmullo bajara. Luego bajó la voz. —Cuauhtémoc ha sido la caja negra del poder capitalino. El botín. El experimento. El laboratorio de la impunidad. Hoy, vengo a abrirla. Al fondo, un periodista de voz grave murmuró en su grabadora:"Esta mujer no viene a competir... viene a devorar.".Valeria continuó viéndolo a los ojos, son una media sonrisa: —Vamos a cambiar la lógica de gobierno. Ya no más operadores sin rostro. Ya no más pactos entre pasillos. La Cuauhtémoc que soñamos va a construirse en voz alta. Con presupuestos públicos. Con asambleas abiertas. Con alianzas reales. Sí: con los comerciantes. Con los artistas. Con las madres solteras. Con los migrantes. Con los que no tienen apellido. Silencio respetuoso. Miradas cruzadas. A cada frase, la energía se espesaba. Valeria no estaba lanzando una campaña. Estaba dictando sentencia. —Esta candidatura ...
... no es una revancha. No es un capricho. Es un giro. Es la forma en la que vamos a ocupar lo que nos negaron. Una por una. Una por todas. La última frase cayó como piedra en el agua. Entonces, vinieron las preguntas. Un enjambre de micrófonos se alzó. —¿Va a aceptar el respaldo de los empresarios del centro? —¿Qué opina de los rumores sobre su relación con Serrano? —¿Tiene vínculos con el partido de la presidenta? Ella respondió todo con astucia quirúrgica, sonrisa calma, control milimétrico. Parecía que cada respuesta ya estaba escrita desde la madrugada anterior. Y entonces llegó. Una periodista de espectáculos disfrazada de reportera política se atrevió: —Valeria… ¿Es verdad que usted es hija de Damián Ortega? El silencio fue brutal. No incómodo. No tenso. Sagrado. Valeria ladeó la cabeza. No se sorprendió. Ya esperaba la pregunta. Sonrió. Con suavidad. Con elegancia. Con veneno. —¿Y si lo fuera? —dijo, bajando el micrófono, para mirar directamente a la periodista—. ¿Cambiaría algo? La sala se estremeció. Nadie respondió. Algunos bajaron la mirada. Otros se sintieron testigos de algo irreversible. Valeria entonces bajó del estrado. Sin prisa. Como si no hubiera hecho historia. Como si apenas estuviera empezando a calentar. Una asesora se acercó y le susurró: “Fue perfecto.” Valeria no respondió. Solo se tocó el vientre, apenas, con la yema de los dedos. Afuera, la ciudad temblaba por el calor. Adentro, algo más profundo había ...