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Viaje con mis cuñadas (V)
Fecha: 21/11/2025, Categorías: Incesto Autor: VickySG, Fuente: TodoRelatos
... mi vida. Ella misma me sujetó la verga, haciendo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo. Camelia llevaba el control y no necesitaba preguntarme, simplemente la dirigió hacia su agujero y se la clavó hasta el fondo. Suspiró profundamente y su aliento fue como un soplo de aire fresco para mí. Me sujeté a su trasero y acompañé cada movimiento de su ágil cuerpo, mientras cabalgaba conmigo en su interior. Sus gemidos eran leves, pero no conseguía reprimirlos. En aquel momento no podía pensar en si podíamos alertar a sus hermanas, simplemente nos dejamos llevar por la pasión y por todos esos años de ganas mutuas. Camelia colocó sus manos sobre mis pectorales y comenzó a rebotar de forma más violenta, haciendo que cada vez fuese más difícil disimular el ruido. Por suerte la habitación que ella ocupaba estaba al lado de la de Cleo, la única de mis cuñadas en la que confiaba, aunque no lo suficiente. Camelia demostró ser más prudente que sus hermanas y cuando ambos estábamos a punto de llegar al orgasmo, dejó de trotar y se bajó para darme placer con la boca. Atrapó entre sus labios mi polla empapada por sus propios fluidos vaginales, pero parecía disfrutarlo. Enseguida comprendí que al no haber estado con ella todos esos años había perdido mucho más que el amor. Su forma de mamar desprendía tanta ansia como destreza. Nunca imaginé que pudiera ser capaz de hacer algo así con ella, pero la agarré con fuerza del pelo y la obligué a tragársela entera. Camelia no ...
... puso ningún impedimento, dejó que se la clavara hasta la garganta, pero me privó del placer de terminar en su boca. Tras jugar con mi tranca a su antojo, dio unas últimas sacudidas hasta que me corrí. Ella había hecho que eyaculara sobre su cara, ofreciéndome la imagen de mi semen resbalando por la cicatriz. - Insisto: nunca imaginé algo así. - ¿Te ha gustado? - Sí, pero menos mal que hemos terminado, porque temía que nos oyeran. - ¿Terminado? Si ni siquiera hemos comenzado. - Nos estamos arriesgando demasiado. - No pienso quedarme a medias. - Te devuelvo el oral y me voy a mi habitación. - Prefiero que me introduzcas los dedos. - Lo que quieras. - Para rememorar los tiempos en que mis hermanas y yo nos tocábamos pensando en ti. Me pidió que me sentara en la cama, apoyado contra la pared, y ella se recostó sobre mi cuerpo. Camelia me cogió la mano derecha y la guio hasta su zona íntima. Una vez ahí, no necesité más indicaciones. Recorrí con mis dedos cada milímetro de su húmedo sexo, los introduje en la misma cavidad en la que minutos antes había estado mi polla. Quizás fue una encerrona desde el primer momento, o simplemente se le ocurrió de repente, pero mientras la masturbaba comenzó a gemir de forma exagerada. Le supliqué que parara, que no montara un escándalo, pero cada vez gritaba con más fuerza. Intenté escapar, pero el peso de su cuerpo en esa posición me impedía moverme. Incluso cuando dejé de tocarla seguía gritando. - ¿Por qué ...