Compañeros - Capítulo 23: La mirada de Carlota - Relatos Eróticos

Compañeros - Capítulo 23: La mirada de Carlota

Capítulo 23: La mirada de Carlota

Parte 1

Estoy sola en mi cuarto, ardiendo de ganas. No son ni las diez de la noche y ya siento el calor acumulado entre mis muslos. Necesito hacer algo con él. Doy un par de vueltas en la cama, con el móvil en la mano, pensando en Miguel. Lleva toda la tarde estudiando para un examen pesado de la uni y hace una hora me dijo que no podría escaparse. Joder. Lo entiendo, en serio, pero mi cuerpo no entiende de responsabilidades académicas. Mi cuerpo solo sabe que está caliente, inquieto, hambriento.

Abro el chat con Miguel y muerdo mi labio inferior. Podría fingir que todo bien y que me voy a dormir… O podría provocarle un poco, a ver si cambia de opinión. Sonrío para mí mientras deslizo la cámara a modo selfie. Me subo la camiseta holgada que llevo y la tiro al suelo. Bajo también mis braguitas, quedándome totalmente desnuda. La idea me da un cosquilleo travieso en el estómago. Click. Hago la foto: mi cuerpo entero reflejado frente al espejo, piel aún bronceada, pecho descubierto con los pezones ya duros, una mano tapando apenas mi coño. En la cara llevo una sonrisa pícara, descarada. La miro rápidamente antes de enviarla: me veo follable perdida, y sé que a Miguel se le van a ir los ojos.

Le adjunto la foto y escribo: “Si no puedes venir… esta noche seré libre 😈.” Envío el mensaje antes de pensarlo dos veces. Siento el corazón golpear en mis costillas: estoy deseando ver qué responde. Casi al instante, aparecen las marquitas ...

... de que está escribiendo. Trago saliva, nerviosa y excitada.

La pantalla me muestra un mensaje nuevo: “Joder, Car… me lo pones difícil 😅”. Río bajito y noto que mi mano libre instintivamente recorre mi vientre desnudo. “Difícil?”, le contesto, “Tú te lo pierdes, guapo. Esta noche voy a hacer travesuras…”. Sé que estoy jugando con fuego, pero parte de mí quiere provocarle un poquito de celos. A los pocos segundos, su respuesta aparece: “Travesuras, ¿eh? 😏 Estás en todo tu derecho, princesa. Disfruta… pero luego me lo cuentas todo.”*

Abro los ojos, sorprendida y con las mejillas en llamas. ¿En serio me acaba de dar permiso? Una oleada de adrenalina y morbo me atraviesa. No esperaba que reaccionara así de bien, tan… juguetón y comprensivo. Supongo que después de todo lo que hemos vivido (lo de Paolo aún está fresco en nuestra memoria), Miguel ha aprendido a manejar esa mezcla de celos y morbo. Sonrío como tonta a la pantalla, sintiendo un cariño enorme por él… y a la vez un deseo de llevar al límite esa “libertad” que me da esta noche. Será cabrón, pienso con ternura; me conoce y sabe que ahora estoy obligada a portarme mal.

“Te lo contaré con detalles, lo prometo. 😜 Love u” le escribo de vuelta, acompañando con un corazoncito. Él envía un beso de emoji y un “Pásalo bien, Car. Te adoro.” Por un instante me quedo mirando su última frase. Me adora. Suspiro, llena de afecto… y de lujuria. Quiero que me adore, sí, pero esta noche quiero más. Quiero que me desee hasta la ...