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Compañeros - Capítulo 23: La mirada de Carlota
Fecha: 22/11/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: nowbly, Fuente: TodoRelatos
... ellos. Vamos al salón principal, donde he dejado la tele lista con Netflix pausado y la mesa baja llena de comida. Nos sentamos en el amplio sofá de esquina: Miguel a mi lado derecho y Luis y Daniela al otro lado, aunque realmente Dani casi se sienta encima de él. La peli elegida es una cualquiera de acción, pero la puse más que nada para tener sonido de fondo porque dudo que le prestemos atención real. Empezamos cenando y charlando, fingiendo normalidad aunque en el ambiente hay cierta tensión eléctrica. Comemos sushi entre risas y bromas. Miguel comenta algo gracioso de la uni, Luis cuenta una anécdota de su pueblo… Daniela y yo intercambiamos miradas cada tanto, esperando el momento oportuno. Yo noto la mano de Miguel descansando en mi muslo desde hace rato, acariciándolo distraídamente bajo la mesa. Ese contacto sencillo ya me pone piel de gallina. Me inclino hacia él y le doy un beso suave en el cuello, inhalando su aroma familiar. Él me sonríe y me rodea los hombros con un brazo. Del otro lado, Daniela está igual de mimosona: ha pasado sus piernas sobre el regazo de Luis, y este le masajea los pies con una mano mientras con la otra juega con la cinturilla de sus leggings. Ella suelta risitas cuando él le susurra algo al oído. —Oye, ¿y qué peli estamos viendo? —pregunta Miguel de pronto en tono jocoso, señalando la pantalla que ninguno realmente atiende. En efecto, la escena de persecución lleva un rato de fondo sin que nadie le haga ni ...
... caso. Luis suelta una carcajada. —Ni idea, bro. La verdad, me estoy aburriendo… —dice teatralmente, estirándose. El movimiento hace que su brazo quedé por detrás de Daniela en el sofá, atrayéndola más cerca. Yo tomo esa ventana. Sonrío con inocencia fingida. —Bueno… ¿os apetece que hagamos otra cosa, entonces? —Depende, ¿qué propones? —pregunta Miguel siguiéndome el juego, mirándome con ojos chispeantes. Llevo mi mano a la suya sobre mi muslo y la guío un poco más arriba, hacia la entrepierna de mis leggings. —Se me ocurre… que podríamos ponernos más cómodos. Arriba tengo un jacuzzi con vuestro nombre —digo lamiéndome ligeramente el labio. Los ojos de Miguel se oscurecen un poco y noto su mano apretar cariñosamente mi muslo cerca ya de mi sexo. Luis mira a Daniela y arquea una ceja con picardía. —Vaya, suena bien… ¿Qué dices, Dani? Mi amiga ríe y no responde, simplemente se levanta de un salto agarrando la mano de Luis para jalarlo. —¡¿A qué esperamos?! —exclama. Nos levantamos los cuatro, risueños y acelerados. Apago la tele y las luces del salón, y subimos las escaleras en tropel como adolescentes a punto de hacer una travesura (que, en realidad, es una travesura pero de las buenas). —Bienvenidos a mi humilde suite —bromeo abriendo la puerta del dormitorio principal. La habitación es amplia y lujosa, con una enorme cama central y un rincón acristalado donde se ve la bañera tipo jacuzzi ya llena de agua caliente burbujeante (la había dejado preparada con ...