Atracción y Poder. Capítulo 7 - Relatos Eróticos

Atracción y Poder. Capítulo 7

... contestó.

—Laura, esto no es buena idea. Estoy en mi despacho, cualquiera podría entrar… —respondió él, susurrando, claramente preocupado.

—Ah, entiendo. Así que estás diciendo que no quieres cumplir con lo que te pedí —dijo Laura, fingiendo decepción.

—No es eso. Es que… si alguien se entera, sería un desastre. Por favor, entiende mi posición —suplicó Daniel, su voz teñida de ansiedad.

Laura dejó escapar una risa suave, disfrutando del control que tenía sobre él.

—¿Sabes qué, cariño? Creo que necesitas un pequeño recordatorio de quién manda aquí. Ya has puesto demasiadas excusas, y no me gustan las excusas. Quiero esa foto ahora mismo. Y para que quede claro: la quiero ahí, en tu despacho.

—¡Laura! —protestó Daniel, susurrando más fuerte esta vez—. ¡Eso es demasiado arriesgado!

—No, lo que es demasiado arriesgado es pensar que puedes negarte a una orden mía. ¿O quieres que esta noche tengamos una conversación mucho más seria sobre tus actitudes? —respondió Laura, su voz baja pero firme.

Daniel se quedó en silencio por un momento, intentando encontrar una forma de evitarlo. Sabía que no tenía escapatoria. —Está bien… lo haré. Pero solo una y rápido —dijo al fin, resignado.

—Esa es mi actitud favorita, cariño. Estoy esperando —dijo Laura, divertida, mientras colgaba.

Daniel cerró la puerta de su despacho con cuidado, asegurándose de que nadie estuviera cerca. Su corazón latía con fuerza mientras se bajaba los pantalones lo suficiente para que el ...

... tanga quedara a la vista.

Con las manos temblorosas, se arrodilló frente a su escritorio, sintiéndose completamente expuesto.

" Esto es ridículo. pero no puedo decepcionarla. Si alguien me descubre... no, mejor ni pensarlo"

Con el móvil en una mano, tomó la foto desde un ángulo que capturara su posición humillante pero que mostrara claramente el tanga.

Cuando revisó la imagen, sintió un calor subirle al rostro. Era humillante, pero sabía que Laura lo disfrutaría. Finalmente, la envió con un mensaje:

Daniel:"Aquí está. Pero espero que estés feliz ahora."

La respuesta llegó casi de inmediato:

Laura: "Feliz no, cariño. Encantada. No puedo esperar a verte esta noche."

Daniel dejó escapar un suspiro, guardando el móvil y reajustándose los pantalones. Aunque la situación lo había puesto al borde de un ataque de nervios, no podía negar que había algo excitante en cumplir las órdenes de Laura, incluso en un entorno tan arriesgado.

Laura llegó a casa entrada la noche, con la satisfacción de un día pleno reflejada en su rostro. Al abrir la puerta, encontró a Daniel esperándola en el salón.Él se apresuró a saludarla, pero ella levantó una mano, deteniéndolo.

—No tan rápido, cariño. Quiero hablar contigo primero —dijo con una sonrisa enigmática mientras dejaba su bolso en el sofá. Daniel, nervioso pero atento, siguió cada uno de sus movimientos.

—Descalza mis pies como siempre, y no olvides darme un beso en cada uno. Hoy quiero sentir que entiendes quién ...