1. Con la profesora (parte 3)


    Fecha: 23/11/2025, Categorías: Grandes series, Autor: glupo, Fuente: CuentoRelatos

    Después de ese encuentro en el departamento de Patricia, pasaron muchas cosas, cada dos o tres días, me llevaba a su departamento, teníamos relaciones y al día siguiente me iba. Todo era normal. Siempre salía yo muy temprano y después de unos minutos salía ella. Un día, salimos apurados, así que tuvimos que salir juntos, al salir del edificio, nos dimos con la sorpresa de que ahí al frente estaba su exnovio.
    
    -Así que este es el imbécil con el que te revuelcas –dijo molesto, acercándose a mí. Yo la miré y noté su nerviosismo.
    
    -¿perdón? –respondí– disculpa, pero no se quien serás –mentí– pero yo recién me acabo de mudar hace un mes acá. No sé de qué hablas.
    
    -Oye imbécil, ¿Qué te pasa? –respondió ella, habiendo captado la mentira– es mi vecino, ¿Cómo se te ocurre hacerme pasar vergüenza así? Lárgate mejor, imbécil –se volteó hacia mí y se disculpó– disculpa, que vergüenza, en serio discúlpame –dijo y nos despedimos.
    
    Así pasaron los días, nos veíamos en su casa, sexo y al día siguiente todo volvía a la normalidad. Era un poco difícil para mí, ya que, como dije antes, me había enamorado. Era difícil no enamorarse de una mujer así. Era perfecta.
    
    Un día, Patricia me contó, que en la escuela habían aceptado el pedido que hizo de que algún estudiante la ayudara. Que iba a hacer las entrevistas para ver quiénes eran los que la ayudarían en su trabajo. Obviamente yo me apunté. Nos citó a varios de los que nos habíamos presentado. Primero para explicarnos en qué consistía ...
    ... el trabajo. Estábamos todos juntos, en el aula donde ella trabajaba, que era una especie de almacén grande. Ahí nosotros teníamos que ayudar a los alumnos del primer ciclo a ordenar el almacén y armar los pedidos de cada clase. Además de realizar diversas preparaciones simples.
    
    Después de esa reunión, nos citó en su oficina, por separado a cada uno. Todas las reuniones eran a puerta cerrada. Cuando fue mi turno, llegue y me hizo pasar. Las cortinas estaban cerradas y ella cerró la puerta detrás de mí.
    
    -Gonzalo, ya sabes que tú vas a quedar si o si, así que no te preocupes –dijo cariñosamente.
    
    -La verdad que me encantaría pasar más tiempo contigo –por eso me presenté.
    
    -A mí también –dijo acercándose a mí– ven, hay que hacer que pase el tiempo para que crean que te estoy entrevistando.
    
    Se acercó, me dio un beso y rápidamente me bajo el pantalón. Ella también se bajó el pantalón de su uniforme y la tanga. Se dio la vuelta, se apoyó en su escritorio y levantó el culo hacia mí. Me acerqué sin pensarlo, se la metí despacio, estaba muy mojada, me imagino que la excitación de lo prohibido era inmensa. Comencé a bombearla despacio, para luego ir subiendo la velocidad. Le abrí la chaqueta de chef de un jalón, tenía un polo pegado, sin sostén. Mientras la embestía cada vez más fuerte, le apretaba las tetas por encima del polo. Sus pezones, completamente endurecidos, se marcaban en el polo.
    
    Le di la vuelta, la subí al escritorio, abrí sus piernas y se la metí de golpe. ...
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