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Con la profesora (parte 3)
Fecha: 23/11/2025, Categorías: Grandes series, Autor: glupo, Fuente: CuentoRelatos
... la chaqueta, sin sostén, así que cuando abrió su chaqueta, sus tetas saltaron al aire libre. Nos comenzamos a besar y mis manos fueron directamente a amasar esas increíbles tetas. Ella me desabrocho la chaqueta, yo tampoco tenía nada debajo. Sus manos sobaban mi pecho mientras nuestro beso se volvía cada vez más ardiente. Su mano se dirigió dentro de mi pantalón y mi bóxer y comenzó a masajear suavemente mi pene. Yo hice lo mismo y me encontré que tampoco llevaba calzón. Comencé a frotar su clítoris. Estaba muy mojada. Los dos estábamos muy excitados con la situación. Luego le baje completamente el pantalón, ella hizo lo mismo con el mío. Se agachó y comenzó a chupármela de una manera increíble. Yo me estiraba por encima de ella, para poder masajear sus nalgas, las abría y trataba de sobar su vagina. La mamada que me estaba dando era increíble. Su vagina se sentía muy mojada. Así que la levanté, la apoyé contra uno de los estantes y desde atrás se la metí sin compasión. Se la metía con fuerza, ella trataba de no gritar, pero de rato en rato se le escapaban unos fuertes gemidos. El estante temblaba con cada embestida. En medio de la excitación, Patricia se dio cuenta de que podríamos dejar un desorden muy grande si seguíamos así. Me llevó hacia un extremo del almacén, donde estaban unos sacos grandes de arroz, apilados uno encima del otro. Se sentó y abrió las piernas. Una vez más se la metí fuerte, me movía rápidamente, estaba muy excitado. Le besaba las tetas como ...
... loco. Me movía fuertemente, sentía su vagina mojadísima. Le agarré las nalgas y se las apretaba, mientras me movía cada vez más rápido. Comencé a besarla en la boca, nuestras lenguas se peleaban dentro de nuestras bocas. Le daba cada vez más rápido. Ella sintiendo que se acercaba mi orgasmo, me pido que parara. Me dijo que me siente encima de los costales y se sentó encima mío, dándome la espalda. Sus movimientos eran deliciosos, movía su culo en todas las direcciones, arriba, abajo, atrás, adelante, a los costados, en círculos. Tenía una excelente técnica para cabalgar. Yo la agarraba de las nalgas y ayudaba con sus movimientos. No duré mucho, era una delicia. -¡Me voy a venir! Me encanta como te mueves –dije agitadamente. -¡lléname de leche por favor! ¡yo también me voy a venir de nuevo! –dijo casi gritando. A los pocos segundos, nos fundimos en un delicioso orgasmo simultaneo. Todo su cuerpo temblaba, mi pene aun dentro de ella, seguía botando semen dentro, gracias a los temblores de todo su cuerpo. Fue una corrida deliciosa de ambos. Cuando se levantó y mi pene salió de su vagina, sentí como chorreaban nuestras corridas de su vagina, cayendo sobre mis muslos y los sacos de arroz, se dio la vuelta, se recostó encima mío y me dio un beso muy ardiente en los labios. -¡Que rico! Me hiciste correrme delicioso bebé –me susurró al oído. -Yo también, te mueves increíble mi amor –se me escapó otra vez. Creo que el decirle así la hizo sentirse incomoda, porque me ...