1. De paseo con la señora


    Fecha: 24/11/2025, Categorías: Hetero Autor: glupo, Fuente: CuentoRelatos

    Como conté en mi anterior relato, la vida sexual con mi esposa cambió radicalmente desde su operación. Como dije, mi esposa, Laura, tenía un cuerpo muy bonito, unas tetas recién operadas, de un tamaño mediano, casi grandes. Un culo delicioso, sin ser muy grande, redondo y bien puesto. La verdad que no tengo porque quejarme. Y menos ahora, que después de la operación, se volvió un poco más sexual. Antes de la operación, se cohibía bastante y prácticamente no teníamos sexo. Ahora, después de “arreglar” lo único que no le gustaba de su cuerpo, se volvió más libre y más fogosa.
    
    La historia que les contaré ahora es de una vez que salimos de fiesta, a despejarnos un poco. Mis padres habían venido de visita y se hospedaban en mi casa. Aprovechamos en dejarlos al cuidado de los niños y nos fuimos a una discoteca, como hace tiempo no hacíamos.
    
    Fuimos a una discoteca bastante conocida de la ciudad. Bailamos, tomamos, la estábamos pasando muy bien. Como dije, mi esposa tiene un cuerpo muy bonito, así que muchos la miraban. Además, que iba vestida bastante provocativa. Con una minifalda pegada y bien cortita, un top que dejaba ver su abdomen y con un escote medianamente pronunciado que dejaba ver sus nuevas tetas.
    
    La idea de que la miren tanto, por momentos no me agradaba, pero también me excitaba un poco. A ella le encantaba la idea de sentirse deseada por otros hombres, y le gustaba provocarlos, con bailes sensuales y besos bastantes calientes. Yo me estaba excitando ...
    ... bastante. Nos fuimos a una zona un poco escondida de la discoteca y comenzamos a besarnos desesperadamente, le sobaba las tetas por encima del top, ella metió su mano dentro de mi pantalón. Estaba bastante caliente la escena, que salimos disparados de la discoteca.
    
    Al salir, fuimos directo al auto. Nos subimos y nos comenzamos a besar en el estacionamiento, metía mi mano debajo de su minifalda y tocaba su vagina por encima de su ropa interior, la cual ya se sentía ligeramente húmeda. Ella sobaba mi pene por encima de mi pantalón.
    
    -Llévame a un hotel –dijo– así como hacíamos cuando éramos novios.
    
    -De inmediato –respondí, prendiendo el auto y saliendo en dirección al hotel más cercano.
    
    La verdad que hacía mucho no iba a un hotel, pero recordaba uno que unos amigos siempre comentaban que era el mejor hotel para coger. No estaba tan cerca, pero al no conocer otro, decidí ir para allá. Tampoco podía llevar a mi esposa a un hotel de mala muerte.
    
    En el camino, mi esposa abrió mi pantalón, sacó mi pene y rápidamente se lo metió a la boca. Me comenzó a hacer una mamada espectacular mientras manejaba. Yo estaba tratando de concentrarme en el volante, pero me lo ponía muy difícil. Con una mano manejaba y con la otra le tocaba las tetas, las cuales ya estaban fuera del top y del sostén.
    
    -Amor, si sigues así, vamos a tener que hacer otra cosa que hacíamos de novios –dije.
    
    -¿Qué cosa? –preguntó, sacándose mi pene de la boca y mirándome.
    
    -Buscar un lugar oscuro y coger en el ...
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