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De paseo con la señora
Fecha: 24/11/2025, Categorías: Hetero Autor: glupo, Fuente: CuentoRelatos
... auto –dije, sonriendo. -Bueno –dijo, sentándose bien en el asiento y sacándose la ropa interior– ya estoy lista. Se comenzó a tocar la vagina con una mano, mientras la otra me masturbaba. Me dirigí a un lugar bastante alejado de la ciudad, donde había poca iluminación, me estacioné y tiré el asiento para atrás, recliné el asiento y rápidamente ella se subió y se sentó en mi cara. Comencé a lamerle la vagina desesperadamente, ya estaba bastante húmeda. su sabor era delicioso. Se dio la vuelta y se volvió a meter mi pene en la boca. Después de unos minutos, se sentó encima mío y se metió mi pene dentro de un solo sentón. Al estar tan mojada, entró con facilidad. Comenzó a moverse delicioso, aprovechaba para chupar sus tetas, lamer sus pezones y apretar esas hermosas nalgas. Estuvimos así un buen rato, pero por la excitación y lo incómodo del lugar, además del riesgo a ser encontrados, decidimos hacerlo rápido, así que comenzó a acelerar sus movimientos, hasta que nos corrimos juntos. Eyaculé una gran cantidad dentro de ella. -Que rico mi amor –dijo, separándose de mí, puso su mano en la entrada de su vagina, recogiendo mi corrida y rápidamente metiéndosela a la boca– que rico sabe tu leche mi amor. -Me encanta cuando te pones así –dije– toda una putita. Se recostó encima de mí, nos besamos y nos quedamos unos minutos así, abrazados. De repente se vio una luz detrás de nosotros, un auto pasaba. Nos asustamos, se pasó al asiento del copiloto, me subí el pantalón ...
... lo mejor que pude y acomodé mi asiento. Pensamos que era un policía, pero solo era un auto que pasaba. Se acomodó las tetas dentro de su top, sin sostén, el cual tiro en el piso del auto, junto con su tanga. Prendí el auto y nos fuimos. -¿A dónde vamos? –pregunté. -Al hotel pues, tengo ganas de cogerte toda la noche –respondió. Nos dirigimos al hotel, al llegar, era una puerta grande, toqué el claxon y me abrieron rápidamente, al ingresar, había una caseta como de peaje. Le pedí una habitación al recepcionista, nos indicó el precio, pagué y nos indicó a donde dirigirnos. Había una puerta levadiza levantada, con un gran numero 5 encima. Estacioné el auto dentro y me bajé rápidamente a cerrar la puerta. Laura se bajó y entramos por una puerta de vidrio. Al entrar, había una cama muy grande, una ducha amplia, con paredes de vidrio, en una esquina. Al costado de esta había un lavadero grande y al otro extremo de este, un cuarto con el inodoro. Al entrar, me recosté rápido en la cama. -Espérame aquí –dijo Laura, agarrando su cartera y yendo hacia el pequeño cuarto– te traje una sorpresa. -Ok, no iré a ningún lado amor –dije, sonriendo– pero no demores, que me desespero. Me quité la camisa, el pantalón, los zapatos y las medias, quedando solo con bóxer. Laura demoró unos minutos en el baño. Cuando salió, no pude contener mi cara de asombro. Vestía una muy pequeña minifalda a cuadros, de colegiala, que con las justas le cubría la mitad de las nalgas, las cuales ...