Un Teniente…, ¡muy jovencito! - Relatos Eróticos

Un Teniente…, ¡muy jovencito!

... dos, me colocó su pene parado en medio de mi panocha y, con un buen empujón, me lo dejó ir hasta el fondo de mi sexo, aunque de inmediato me hizo gritar:

+ ¡Aaaaggghhh…, despacitooo, Santiago, me duele!, ¡espérate un momentito!, ¡deja que me acostumbre a tu verga!,

¡hace mucho que no me la meten...!, ¡métemela despacito...!, mi amor…,

le pedí a ese chico, quien, haciéndome caso, se esperó unos instantes, y luego, me lo metió de nuevo hasta el fondo, otra vez y como ya no protestara de nuevo, el muchacho se desató y comenzó a metérmelo muchísimas veces más: ¡se puso a bombearme con furia, con fuerza y con rapidez!:

+ ¡aaagh, agh, agh, agh...!.

Me comenzó a empujar y yo a pujarle y a menearme todita. ¡Me hacía mucha falta coger!. ¡Me puse como loquita de sentirme empalada!:

+ ¡Házmelo Santiaguito, házmelo muy bonito, mi lindo…, házmelo mucho!.

Me estrujaba mis senos; me los apretaba y aplastaba de manera grotesca y hasta dolorosa, pero, ¡no me importaba!, ¡lo sentía yo muy rico!. ¡Estaba excitadísima de mi calentura!. ¡Me levantaba con cada uno de sus empujones y me estrellaba contra de la pared!.

Abriendo mis piernas al máximo, se las atenacé alrededor de su cintura, mientras Santiago me estaba bombeando: ¡estaba completamente colgada de su cuello!; ¡sentía su pene muy rico!, ¡hasta adentro de mi panocha!. Mis brazos estaban en su cuello y Santiago me bombeaba con fuerza, hasta que se vino abundantemente, tanto que creí que se estaba orinando en mi ...

... sexo.

= ¡Me vengo, me vengo, me vengooo...!,

gritaba el muchacho, que me llenaba de leche mi sexo, me lo inundaba completamente.

Nos quedamos “conectados” por un rato, no se si muy largo o no pero luego de eso, cuando nos “desanudamos”, le di un “pico” o beso en su boca y, tomándolo de la mano, lo jalé hasta mi cama.

Nos recostamos, así como estábamos: él por encima de mí. Me buscó la cara, la boca y yo se la ofrecí, complacida. ¡Nos dimos otro tremendo beso en la boca!:

+ ¡Santiago..., chiquito..., que rico me lo haces...!,

le dije, y el chico se sintió emocionado, halagado, muy satisfecho, y con aires de matador, luego de que le otorgan la oreja, me preguntó:

= ¿Te gustó...?

+ Sí Santiago..., lo disfruté mucho..., me encantó..., ¡tanto!, ¡así como tú!, ¡me gustas mucho!,

le dije, melosa y zalamera, contenta, satisfecha, colmada!, acercándome a darle un beso fugaz en su boca.

Después de esto, me levanté y quise ir para el baño, pero Santi me detuvo y me dijo:

= ¡déjame verte!. ¡Me gustan esas cosas que tienes…, tus medias…!. ¡Te ves muy cachonda!

¡Date la vuelta!, déjame verte las nalgas…, ¡las tienes bien ricas…!,

me dijo, dándome una nalgada y luego de eso, me fui a lavarme mi sexo.

De regreso, me acosté al lado suyo y me puse a besarlo, hasta que, los besos nos volvieron a “encender” nuevamente y:

+ ¡Santiago…!. ¡cógeme nuevamente…!. ¿Quieres…?.

= Está bien, pero, ¿me echas una mamada también…?,

me pidió ese muchacho, en ese ...