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Un Teniente…, ¡muy jovencito!
Fecha: 26/11/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: marel, Fuente: TodoRelatos
... estaba. = ¡estás rete rica, mamita…; lo haces rete sabroso...!. ¡Ni las putas cogen tan rico como tú!. Tan sólo me sonreí y nos quedamos dormidos. +++ No supe por cuanto tiempo, el caso fue que, entre mis sueños sentía que me separaban las piernas, se acomodaban sobre de mí y…, ¡me la volvían a meter!. ¡Era de nuevo ese chico!, al parecer…, ¡más caliente que yo!. ¡De inmediato me regresó la “calentura”!. ¡El apetito viene al “comer” (o coger)!. + ¡Papitooo…, mi lindooo…, qué ricooo…!. Entraba y salía, ¡con fuerza y con furia!. Nuestros pubis chocaban entre sí; yo gemía como loca y él no dejaba de decirme: = ¡puta, puta, mami puta..., mami! Me vine como tres veces seguidas, y luego de eso él me hizo girarme, poniéndome boca abajo; él se puso en cuclillas, me levantó las piernas y las abrió a la altura de su cintura, me colocó su verga y comenzó a metérmela en esa posición. + ¡Sí papi…!, ¡qué rico…, mi lindooo…!. ¡Me la metía hasta adentro!, me lastimaba, ¡sentía que me desgarraba!, empujaba y empujaba. Mi cara estaba aplastada contra la almohada. El no cesaba de decirme = puta, mamita, puta, puta... ¡No me gustaba que me dijera eso, pero, deseaba que me siguiera cogiendo!. = ¡me vengo mami…, me vengo puta…, me vengooo!. Se volvió a venir e hizo que me viniera. Sus chorros eran abundantes y muy ardientes. Parecía que no terminaría nunca de venirse. Cuando al fin terminó, pasó un largo rato para que se le bajara y aún más largo ...
... rato para que se saliera de mi “estuche de amor". Una vez que se zafó, se recostó en la cama, boca-arriba, a mi lado. Me jaló hacia él y me besó apasionadamente = ¡estás rete sabrosa mamita...!, y además eres muy caliente..., te mueves muy rico..., se me hace que a ti no te cogen seguido..., ¿tienes marido?. No contesté, ni tuve tiempo para hacerlo; con su mano tomándome del cuello, me empujó para abajo, dirigiendo mi cabeza hacia su verga. ¡Era impresionante ese trozo de carne! – como me lo había anticipado Nayeli – ¡aún en reposo!. Era una verga larga, gruesa y cabezona, muy morena y con cabeza casi morada. = ¡chúpamela de nuevo!. Me acerqué a ella, la tomé con la mano; ¡no me cabía!, ¡y eso que estaba toda flácida!. Estaba llena de mocos y de venidas; estaba resbalosa, untosa. Empecé a jugarla con una mano y luego con las dos, hasta que sentí que me empujaba la cabeza y entonces, procedí a mamársela. ¡Su cabezota era enorme!, y me costó trabajo introducirla en mi boca. En cuanto comencé a pasarle mi lengua, el instrumento tomó vida nuevamente, y comenzó a palpitar y a aumentar de tamaño y de volumen. ¡Era impresionante!. Me aloqué y comencé a bombearla y a recorrerla desde la punta hasta la base, tardándome en sus testículos negros, peludos, enormes. La rajadita del pene parecía un ojo que me miraba. Yo le introducía la lengua. El chico me empujó a bombearlo y luego me jaló de las caderas para acomodarme sobre su cuerpo, pasándole una pierna de cada ...