1. Julieta, mujer madura


    Fecha: 27/11/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... podía más la ilusión de una aventura transgresora que la satisfacción de los sentidos, se sentía ansiosa cuyas sorpresas nunca se agotan.
    
    Conservar las formas mientras la procesión va por dentro, de la emoción a la turbación y de la sinrazón a la pasión fue solo un paso. Sin poder manejar mis emociones me expuse al cachetazo y la reprimenda, la tomé de los hombros y la besé, sin más ni más. Sorprendida se dejó estar en el contacto bucal, se deja acomodar, beso intenso, más pleno y profundo, colaboró en el beso robado.
    
    Saciado ese instante de loco deseo, tomé algo de distancia, tomé de las manos y se las besé.
    
    —¡Soy culpable! -ofrecía la mejilla para que se cobre.
    
    En lugar de bofetón, un beso fue el cobro, la sonrisa plena la gratificación adicional. La forma y el modo de “avanzarla” había terminado con sus defensas, dejar hacer a un joven que tenía actitudes de caballero, que hacía realidad alguna escondida fantasía: se dejó llevar por los insondables caminos de la seducción y el deseo, se atrevía a volar.
    
    Con sus manos me tomó el rostro, serenidad complaciente, mejillas encendidas de carmín, ojos muy abiertos y la mirada chispeante, era otra persona llena de vida, sonreía todo el tiempo.
    
    La bata abierta a pedir de mi curiosidad, los pechos rotundos coronados de turgentes pezones asoman desafiando la avidez del joven amante, me dejo atrapar entre sus senos.
    
    Sus manos me rodearon, apretaron contra su pecho, acurrucarme entre el canal de sus tetas fue caer ...
    ... al abismo de todas las tentaciones.
    
    Extasiado en el aroma de las sales de baño que habían perfumado su piel hasta retomar el sentido, besarla, recorrer sus carnes que me quitaban el sueño y la calma en las noches de solitaria calentura. Ahí y ahora, toda real, toda en carne viva y ¡qué carne! Dejándose besar y lamer, llenarme la boca de sus carnes palpitando vida y deseo.
    
    Los gemidos, reprimidos al inicio, de July incentivan y acompañan las evoluciones sobre ese cuerpo que pierde, la verticalidad, el equilibrio corporal y emocional, se deja conducir hasta el sofá, sin soltarnos ebrios de pasión y lujuria, me dejo caer para tenerla encima de mí.
    
    Nada más importa, la suerte está echada, displicente, con estilo y graciosa seducción sacude de sí la bata, como una rosa deja caer algunos pétalos para mostrarse ante mí, diosa pagana, cabellos húmedos cayendo en prolijo desorden sobre los pechos voluptuosos, por los incipientes y sensuales rollitos del vientre se escurren algunas gotas de agua, indiscretas y brillantes como perlas de rocío, me apresuro a recoger con mi lengua como trofeo… Esta gentileza terminó por derribar el último vestigio de cordura, tirar por la borda los últimos escollos morales, quemar las naves de la prudencia y el recato, dejarse llevar por su instinto y mi deseo.
    
    Se exhibió ante “su hombre” en plenitud, su deseo desbordado, la libido había alcanzado el tope de la escala de lujuria, suavemente me empuja, tira en el sofá, y comienza a desnudarme, ...