1. Incesto y perversión (11) madre/hijo


    Fecha: 28/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 11
    
    Esa misma noche, mientras Lulú y Mauricio estaban cogiendo en el mismísimo living de la casa, Adriel bajó sigilosamente por las escaleras. Fue la propia Lulú la que lo instó a hacerlo. Habían estado la noche juntos en el cuarto de Adriel. A veces lo hacían, compartían horas en la cama, mirando alguna película o alguna serie que a ambos les gustaba, si bien hacía rato que no veían una escena pornográfica entre sus padres. A diferencia de lo que pasaba entre Adriel y Virginia y entre lulú y Mauricio, los hermanos tenían una tensión sexual constante, que sin embargo se quedaba ahí en el límite, sin terminar de materializarse.
    
    En la cama solían rozarse, a veces incluso se daban besos en los labios para despedirse. Pero desde que Adriel jugó con ella, fingiendo que se la iba a coger, sin terminar de hacerlo, no habían vuelto a tener un acercamiento tan claro. Era como un tira y afloje constante. Chistes con doble sentido, miradas subrepticias. Además Adriel estaba lo suficientemente ocupado pensando en Virginia.
    
    Fuera como fuese, esa noche lulú estaba un poco diferente, más provocadora. Además había hecho algo que lo descolocó. Primero, se quitó el short, y lo dejó sobre la cama al lado de su hermano. Quedó solo con una tanguita y una remera. Y entonces le dijo, con una sonrisa traviesa:
    
    —Voy a darle a papi un beso de las buenas noches.
    
    La frase en sí misma no tenía nada de malo. O, mejor dicho, no debería tener nada de malo. Pero con ella las cosas ...
    ... siempre se retorcían. Adriel sabía que había algo entre su hermana y su papá, de la misma manera que Lulú sabía que él deseaba a su mamá. Sin embargo, no se habían dado los detalles. Adriel ahora se preguntaba, con una punzada de celos, si acaso esa pendeja había cruzado el mismo límite que él.
    
    Sabía que si bajaba, estaría cayendo en su trampa, porque era evidente que eso era lo que ella quería. Por eso le había mostrado el culo de esa manera tan descarada.
    
    Su hermana era la chica más hermosa que conocía. Después de su mamá, obvio. Y la verdad es que y la acercamiento con Virginia, lejos de calmar sus deseos incestuosos, los exacerbaban más, y ahora, la calentura que le producía la putita de su hermana ir a cada vez más difícil de dominar.
    
    Así que Adriel la siguió, aun sabiendo que estaba cayendo redondo en su trampa. Bajó por las escaleras sin hacer ruido, con pasos calculados y el aliento contenido. A mitad de camino, escuchó apenas unos murmullos. No eran voces claras, sino sonidos ahogados. Su corazón empezó a latir con más fuerza, como si le advirtiera que no iba a gustarle lo que estaba a punto de ver.
    
    Terminó de bajar la escalera, y caminó un poco más hasta que, escondido detrás de la pared que dividía el pasillo del living, asomó su cabeza y descubrió la verdad: Lulú se estaba moviendo arriba de Mauricio, con ese vaivén que no podía confundirse con otra cosa. Las manos de él aferraban sus nalgas, ese cuerpo joven y descarado que ahora montaba a su propio padre ...
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