1. Incesto y perversión (11) madre/hijo


    Fecha: 28/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... El chico se terminó de secar con cuidado la entrepierna, evitando mirar a Virginia, pero consciente de que ella lo estaba observando. Sintió que su corazón se aceleraba. Fue entonces cuando Virginia se le acercó.
    
    Iba a pasar a su lado, pero él le agarró la cintura con decisión, y la atrajo hacia sí. Estaba completamente desnudo, todavía húmedo, con el cuerpo caliente por la excitación y el contraste con el aire fresco.
    
    —¿Qué hacés? —le dijo ella, sin moverse—. Acá no se puede.
    
    —Qué buena que estás —susurró él, acercándose a su boca.
    
    La besó. Le comió la boca con un hambre contenida, como si tuviera que aprovechar cada segundo. Le restregó su verga semidura en su cuerpo, y no tardó en llevar las manos a ese culo que tanto lo obsesionaba. Ella no se apartó de inmediato, pero después de un rato lo hizo.
    
    —Basta, nene —dijo en voz baja—. Andá a ponerte ropa seca. Yo te voy a preparar un té. No quiero que te resfríes.
    
    Adriel le dio un beso rápido en los labios, frustrado pero agradecido por el gesto. Se fue de ahí con la erección firme como nunca, maldiciendo su suerte. Igual, era comprensible. Ya bastante usado había sido al besarla en la cocina estando desnudo.
    
    Se puso unas medias secas, y luego eligió ropa del placard. Trató de que su erección desapareciera, pero solo lo logró a medias. Pasó por el cuarto de su hermana, pero no la encontró, cosa que lo extrañó. Así que regresó al living, se acomodó cerca del aire acondicionado que estaba largando aire ...
    ... caliente, dejando que el cuerpo recuperara temperatura después del frío de la calle. Escuchaba desde la cocina el tenue sonido de utensilios. Virginia estaría revolviendo el té.
    
    Se preguntó si su hermana estaría en el baño y por eso no la había visto. La tentación de estar con su mamá tan cerca era demasiado. Para colmo, ella parecía estar consciente de ello, y lo provocaba.
    
    Entonces la vio aparecer con una bandeja en las manos. Sobre ella, una taza de té y un platito con galletitas dulces. Pero no fue el contenido de la bandeja lo que le llamó la atención.
    
    Se había puesto un delantal de cocina que se adhería exquisitamente a su cuerpo. Y Adriel notó que Virginia tenía las piernas desnudas. Algo no cerraba. Hacía un rato, cuando lo había recibido en el lavadero, estaba vestida con una calza negra que le marcaba hasta el alma. Ahora, sin embargo, las piernas estaban desnudas, largas, firmes, con un leve tono bronceado. Pero no era solo eso.
    
    Se percató de la ausencia de las mangas de la remera, que deberían estar sobresaliendo los hombros del delantal. Sin embargo, no tardó en entender que lo que le faltaba era toda la remera. Adriel frunció levemente el ceño, sorprendido. Ella se acercó con naturalidad y apoyó la bandeja sobre la mesita ratona frente a él. Al hacerlo, se inclinó levemente, y él pudo verla de perfil, descubriendo la verdad en ese atuendo.
    
    Virginia estaba en ropa interior. O, mejor dicho, estaba en tanga, porque seguía sin usar corpiño. Llevaba puesta ...
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