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Economista y prosti: Con Manuel, solos y sorpresa final (1)
Fecha: 30/11/2025, Categorías: Incesto Autor: Dessert3, Fuente: CuentoRelatos
... imaginan, la visita del matrimonio francés, voyeurs, –¿Y qué vienen a mirar esos voyeurs? –Pues algo especial que algún día sabrás, y creo que de paso terminaremos de definir la participación del señor en mi fecundación, cuando lo decidamos con Tommy. ¡Mi mano sintió su verga endurecerse aún más! –¿Te van a fecundar más hombres que tu marido? ¿Vas a sumar fecundadores? ¿Y Tommy lo acepta? ¿Y quiénes son los otros fecundadores? –Obviamente Tom, el francés, que se suma de manera inesperada, y dos personas más, que algún día sabrás quiénes son. Son muy cercanos a nosotros. –Tienen que sumarme, me encantaría, es más, no hagas problema de dinero, ¡lo que sea! Mmm por el momento cupo cerrado, salvo que decidiéramos abrir uno o dos lugares más. Pero será como mínimo a fin de año, o después. –No se olviden de mí, haré lo que sea para que me acepten. Me acercó la pija, durísima, a mi conchita, ya caliente pues estas conversaciones me excitan. Sin esperar, pasé una pierna mía por encima de las de él y empezamos a coger. Gimiendo, besándonos. En un momento le ofrecí mis labios entreabiertos y succionó lo que pudo de mi saliva y mientras entraba y salía de mí, dejó caer todo lo de su boca en mis tetas. Forzando un poco la posición, logró lamerme las tetas y desparramar en ellas toda ...
... la saliva que me había echado. Inspirada, tomé una foto de mis tetas brillantes de baba y la envié a Tommy… Hice un pequeño movimiento para que la verga se saliera de mí, me giré y quedé de espaldas a él, repitiendo lo que hago muchas veces, para que me cogiera en cucharita. Mi pierna derecha por encima de las de él y nuevamente a disfrutar de la entrada en mí de esa pija. Es una maravilla sentir ese glande tremendo abrirse camino en mi vagina. Y más y más vaivén. Hasta que acabó, mientras estaba acariciando mis tetas. Y bien que me dio la impresión de ser una buena cantidad. Decidida a probar si él ponía límites, me subí a él y me monté, mi concha chorreando, sobre su cara. Chupo y lamió. Cero rechazo. Pasé a chuparle y limpiarle la cara y el miembro, y aproveché que él estaba boca arriba, para hacerle flexionar las rodillas, mi lengua se fue deslizando desde su verga a los huevos y de los huevos a su ano. El beso negro es una de mis especialidades, lo reconozco, y me dediqué a lamerle u puntearle el ano con mi lengua, mientras acariciaba las bolas y el miembro. Finalmente, cansados, volvimos a estar de frente y nos dormimos llenos de leche, besándonos. El final, dentro de tres o cuatro días, con una sorpresa que enloqueció de placer a Manuel. Un beso queridos lectores. Sofía.