1. Tocalas, bebito mío.


    Fecha: 07/12/2025, Categorías: Hetero Incesto Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... atrasos y esta vez había sospechas fundadas del porqué. Un poco angustiada compre en la farmacia unos test de embarazo y apenas llegué a casa me los hice. Mientras esperaba ansiosa y nerviosa los resultados, me dije a mi misma que si este el precio a pagar por estar a diario con mi hijo, no me importaba y bien podía tener un bebé suyo, dejé de preocuparme del todo cuando el resultado del test fue negativo. Respiré más aliviada y consciente que de ahora en adelante teníamos que tomar algunas precauciones. Al mismo tiempo me di cuenta de que estaba dispuesta a aceptar cualquier cosa para mantener el amor que él me daba, por supuesto también su hermosa polla que me hacía vibrar casi a diario.
    
    Mauro finalmente fue aceptado en una universidad del norte del país. No podía estar separada de él, así que le propuse que nos transfiriéramos allí donde comenzaríamos una nueva vida juntos. Lo acepto inmediatamente feliz por mi propuesta, esa noche su hambre por mi coño se había triplicado y perdí la cuenta de cuantas veces su polla me lleno de la lechita suya, solo que mí conchita quedó adolorida por un par de días.
    
    Fue todo muy emocionante en mi vida, un nuevo hogar, un nuevo trabajo, una nueva ciudad y un amor flamante y fresco. Me sentí como si estuviera en luna de miel con Mauro. Él estaba muy atento a todas mis necesidades, me compraba pequeños regalos. Recorríamos la ciudad tomados de la mano y lo mejor de todo es que durante la noche me follaba hasta casi dejarme sin razón. ...
    ... Muy pronto nos acostumbramos a nuestras rutinas que se convirtieron en rituales. Hay algunas que se quejan por falta de espontaneidad, pero yo estaba feliz por la rutina que mi hijo me imponía cada noche. Quien tiene un hijo amante se solaza en él y yo lo amo con toda mi alma.
    
    Siempre comenzaba arrodillada a su lado jugando con su polla, me encantaba esa sensación de poder al hacer que esta se pusiera dura como el acero. Sentir su suave textura en mi mano, su fuerza poderosa latiendo con cada movimiento. Luego me lo llevaba a la boca y sentía como inflaba mis mejillas, sus gotitas de semen pronto comenzaban a aparecer, entonces le decía.
    
    —Si te gusta tu sexo en la boca de mami … También te debe gustar el de mami en tu boca …
    
    El sabe cuanto me excita cuando lame mi coño por todas partes, haciendo que mi labios mayores se hinchen y mis labios menores se empapen con su saliva y mis jugos. Después él se dedica a separar mis delgados pliegues que cubren mi clítoris y procede a lamerlo haciéndome tiritar de placer.
    
    —A mami le gusta que la lamas de ese modo, bebé …
    
    Su lengua entra y sale de mi conchita, luego regresa sobre mi erguido botoncito, separa bien mi labios y se encarga de chuparlo como si fuera un diminuto pene. Sus labios lo aprisionan succionándolo, sus dedos lo frotan y mis caderas se vuelven locas, llevándome al delirio. Atrapo sus cabellos y lo tiro contra mi hendedura empapada.
    
    —¡Sí, bebé! … ¡Sí, bebé! … ¡Así, ssiii! … ¡Ssiii, cariño! …
    
    Le repetí ...
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