1. Tocalas, bebito mío.


    Fecha: 07/12/2025, Categorías: Hetero Incesto Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sus jeans. Pero eso le sucede a todos los chicos, son las hormonas de su pubertad; cosas naturales, cosas pasajeras. Había una justificada inocencia en sus miradas. No quise concluir nada y lo dejé parado allí.
    
    Pasaron algunos días y el día de su cumpleaños se acercaba cada vez más y yo me estaba volviendo loca pensando a su pedido. Finalmente me dije: “¡Qué diablos!, es una cosa sencilla, no me va a costar nada y lo haré feliz”. Así el día de su cumpleaños me vestí con mis usuales leggins, me puse una remera ajustada sin sujetador, entonces lo llamé y lo hice sentar a mi lado sobre el sofá y le dije.
    
    —Feliz cumpleaños, querido …
    
    Lo abracé y le hice sentir mis pechos, él se separó y miró mis manos vacías como buscando su obsequio, entonces me levanté mi remera y mis pesadas tetas cayeron libres, le dije.
    
    —Está bien, Mauro … Esto es lo que quieres, ¿no? … Tienes cinco minutos y ni uno más … Ahora puedes tocarme …
    
    Otra vez mis pómulos se encendieron y se tiñeron de rojo. La piel blanca de mis senos venía resaltada del rosado de mis oscuros pezones. Mis pechos parecían más grandes de lo habitual, quizás hinchados por mi periodo de ovulación, por lo mismo estaban muy tiernos y sensibles. Mauro me miró con ojos entusiastas. Instintivamente cerré mis ojos para no cohibirlo y darle la dicha y libertad de cumplir su deseo, disfrutando a pleno de su regalo. Mi cuerpo se electrizó cuando en vez de sus manos, sus labios se cerraron alrededor de mi pezones, su lengua ...
    ... dibujó círculos alrededor de mi areola y luego succionó mi gomoso pitorro. Me sorprendí cuando esas chupadas comenzaron a hacer vibrar mi coño y la humedad ahí abajo aumentó. Su mano acarició mi teta suavemente sin dejar de chupar mi duro pezón. ¡Oh, Dios! Pensé, estoy dejando que mi hijo me acaricie y me haga mojar tanto que mi coño empezará a gotear.
    
    Pareció que me envolvió una nube y comencé a flotar mientras él pasaba de un pecho al otro, estaba perdida en el espacio y en el tiempo. Me sentí viva y plena de sensaciones agradables, mis caderas se había alzado para estar en contacto con el muslo de mi hijo y en ese momento escuché su voz.
    
    —Gracias, mamá … Es el mejor regalo que he recibido en toda mi vida … Te amo por esto …
    
    Me senté allí atónita y miré el reloj, había trascurrido casi media hora, rápidamente me bajé la remera y conseguí tartamudear.
    
    —D-de nada, hijo … Felicidades …
    
    Pasé una noche terrible, estuve inquieta y a la mañana siguiente todavía no podía comprender toda la situación que se había venido a crear. No sabía que pensar ni como entenderlo. Entré a la cocina y Mauro ya estaba allí; había preparado café y se aprestaba a irse al colegio. Se acercó a mí, puso sus labios muy cerca de los míos, me inmovilicé debido a su cercanía, él me susurró.
    
    —Buenos días, mamá …
    
    Su boca rozó la mía y pude sentir su cálido aliento en mi nariz. Puso su mano sobre mi pecho y su pulgar presionó mi pezón. Estaba realmente bloqueada, otra vez en una especie de ...
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