1. Hetero - Pelirroja... peligrosa (7ª parte – final)


    Fecha: 10/12/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos

    ... tema.
    
    -Bueno Sara, dime qué puedo hacer. -Le pregunté, mientras devorábamos la pizza.
    
    -¡Buf!… no tengo ni idea, en serio. Creo que esta vez te has metido en un marrón de los buenos. -Se calló un momento, y los dos nos dedicamos a comer, hasta que ella volvió a hablar- ¿A ti quién te gusta? ¿Con quién quieres estar?
    
    Buena pregunta. No estaba seguro. Antes de que Bea llegara, estaba convencido de que al fin quería sentar la cabeza con Silvia, pero la escena de celos de mi ex me había abierto los ojos a la posibilidad de volver con ella. Así que ahora estaba realmente confuso. Si hubiera podido, me hubiera quedado con las dos. No me miren así. Pues claro que con las dos. ¿Y quién no? Pero no podía decirle eso a mi hermana si quería que me aconsejara, así que fui todo lo sincero que pude.
    
    -No lo sé, Sara -le contesté. Mi hermana me miró, muy seria, y dejó de comer.
    
    -Pues ya es hora de que te decidas, C… Porque mira la que has montado por no decidirte desde el principio.
    
    -¿A qué te refieres? -demasiado bien lo sabía, pero creo que necesitaba que alguien me apretara las tuercas un poco.
    
    -Joder C… Madura un poco, por favor -Mi hermana pequeña me estaba pidiendo que madurara… vivir para ver, señores -Tal y como me lo has contado, desde el principio no sabías si querías rollo con Silvia o algo más serio. Y de repente llegó Bea, y como siempre, reconócelo, te pusiste a pensar con… ya sabes, y la has cagado.
    
    -Tú lo ves muy fácil, Sara, pero no es…
    
    -¡Deja de ...
    ... ser tan crío! Es facilísimo. ¡Elige una con la que quedarte, habla con ella y trata de arreglarlo! Pero por favor, ¡piensa con la cabeza por una vez!
    
    El resto de la comida la pasamos en silencio. Sara se quedó un rato más, ayudándome a recoger, y charlamos un poco de nuestros padres y de su vida. Estaba saliendo con un chico que me había presentado hacía unos días, un tal David. Era un buen chaval, estudiaba medicina. Un poco calladito, pero majete. Al parecer, llevaban ya dos meses juntos y les iba más o menos bien. En fin, dos meses eran todo un récord para mi hermana, así que me alegré.
    
    -Si consigues aclarar tu cabecita un día de estos, podríamos salir los cuatro -me dijo cuando me dio un beso en la mejilla, para despedirse. -Hasta luego, C…
    
    Y se marchó, dejándome tan confundido como antes, pero al menos con la firme decisión de enmendar el rumbo un poco loco que había tomado mi vida de un tiempo a esta parte. ¿Ustedes a quien hubieran elegido? ¿La pasión salvaje de Bea o la dulzura ingenua de Silvia? Me pasé toda la tarde del lunes dándoles vueltas a la cabeza, pero no terminé de decidirme. Por un lado, mi pelirroja me gustaba mucho, me hacía sentir como el hombre más importante del mundo; pero por otro, mi pasado llamaba a la puerta con mucha fuerza, y no podía dejar de pensar en el cuerpo ardiente de Bea y su carácter extrovertido, su desparpajo.
    
    Llegó la noche, y lo consulté largo y tendido con la almohada.
    
    La mañana del martes se pasó en una maraña de ...
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