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Hetero - Pelirroja... peligrosa (7ª parte – final)
Fecha: 10/12/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos
... trabajo y obligaciones, que tuvieron la ventaja de distraerme un poco y darme aire. Cuando el martes por la tarde toqué a la puerta, realmente no sé lo que esperaba. Quizá atención. Puede que perdón. O al menos, que me dejara decirle lo mucho que la necesitaba. Ciertamente, buscaba la menos calmar mi conciencia. Silvia me abrió la puerta, pero se quedó en silencio, sin mirarme. -Hola, Silvi. -le dije. -Vengo a devolverte esto.-Le alargué la llave. No sé por qué me la dio, pero supongo que para ella era algo simbólico, porque la cogió y la paretó fuerte. -Vale. Hasta luego. -E hizo ademán de cerrar la puerta. -¡Espera! -yo aguanté su empujón con la mano. -Silvi, por favor, hablemos. -Ella ni siquiera me miraba. -No tenemos nada de qué hablar. -Por favor Silvi, déjame pasar. -No. Vete, por favor. Vete. -Silvia estaba hablando como si fuese a llorar de un momento a otro. -Silvi, no pienso moverme de aquí hasta que no me dejes entrar. Noté que ella relajó la presión sobre la hoja de la puerta, y finalmente abrió y con un gesto me dejó entrar. Ahora podría engañarles. Podría simplemente contar que Silvia me perdonó, que ella lloró, que yo fui todo un caballero, que nos reconciliamos con sexo salvaje encima de la mesa del comedor, y que me porté como un auténtico atleta sexual. ¿Pero de qué me serviría? Porque no ocurrió nada parecido. Bueno, sí. Traté de que me perdonara, ella lloró, y yo intenté portarme como un caballero. Pero es que, no sé ...
... si lo recuerdan, yo me había acostado con Nuri. Y al parecer cuando Silvia habló con ella para contarle lo mío con Bea, Nuri no había podido resistir los remordimientos, y había cantado de plano. Así que se pueden ustedes hacer una somera idea de cómo estaban las cosas. Me insultó bastante (aunque creo que no tanto como me merecía), me dejó claro (pero clarísimo, vamos) que no me quería ver en el resto de su vida, que había cometido un error conmigo, y vamos, resumiendo, que hiciera el favor de no volver a acercarme. Por cierto, me devolvió el ordenador. Así que encima tuve que llevarme el equipo completo con cajas y todo para el coche. Parecía que me había echado de casa. Y yo me sentía así, la verdad. Supongo que me lo merecía, ¿no? Pero joder, lo pasé fatal, pero fatal de verdad, mientras volvía casa en el coche. Cuando aparqué no eran ni las siete de la tarde, así que directamente llamé a mi mejor amigo, Toni, y nos fuimos a tomar unas cervezas en el bar de siempre. Toni se marchó a las diez y media o algo así, con una media borrachera del carajo. Le había contado todo lo que pasaba, y aunque he de decir que no me fue de ninguna ayuda (Toni es de estos tipos que de tías no entienden ni media), como es la leche de divertido no puedo decir que no lograra apartarme a Silvia de la cabeza. Yo me quedé en el bar, decidido a tomar la última e irme para casa. Era martes, después de todo, y el miércoles tenía que currar. Cuando Sara me encontró a las doce y cuarto, yo ...