1. Mi madre y mi medio hermano llegan a un trato


    Fecha: 11/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Sexo con Maduras Voyerismo Autor: lordlunatico, Fuente: SexoSinTabues30

    ... cuerpos chocando se volvía más fuerte, más urgente.
    
    Sí, así, justo así,» gemía mi mamá, sus ojos cerrados y su boca abierta en un grito silencioso de placer. «No pares, no pares.»
    
    Roberto continuó moviéndose dentro de ella, sus embestidas cada vez más rápidas y profundas. Finalmente, con un gemido ahogado, mi mamá se corrió, su cuerpo convulsionando mientras el éxtasis la recorría por completo. Mi mamá estaba muy agitada sobre la cama mientras Roberto recuperaba el aliento.
    
    «Eso fue maravilloso,» dijo mi mamá, su voz entrecortada por la respiración pesada.
    
    Roberto, con una sonrisa perversa, respondió: «Es hora de que me des tu culo.»
    
    Mi mamá se quedó callada por un momento, considerando la propuesta. Finalmente, asintió. «Está bien, pero sé cuidadoso. Nunca lo he hecho por ahí.»
    
    Roberto se inclinó hacia adelante, besando suavemente sus labios. «No te preocupes» dijo
    
    Mi mamá se dio la vuelta y se puso a cuatro patas, ofreciéndole su trasero. Roberto se colocó detrás de ella, sus manos acariciando suavemente sus nalgas. «Relájate. Voy a ir despacio.»
    
    Roberto comenzó a preparar el camino, usando sus dedos para lubricar con una crema para la piel que tenía mi mamá en un mueble comenzó estimular el ano de mi mamá introduciendo su dedo. Ella gimió suavemente, sintiendo una mezcla de nerviosismo y anticipación. «Sí, así, Roberto. Despacio.»
    
    Roberto introdujo lentamente otro dedo, sintiendo la resistencia inicial. Mi mamá soltó un gemido de dolor, pero ...
    ... también de placer. «Está bien, cariño. estoy bien sigue.» dijo mi mamá
    
    Con paciencia, Roberto continuó preparándola, añadiendo más lubricación y moviendo sus dedos con cuidado. Mi mamá comenzó a relajarse, «Sí, así, Roberto. Me gusta.»
    
    Finalmente, Roberto decidió que estaba lista. Se colocó detrás de ella, su pene erecto y listo. «Voy a entrar despacio. Dime si duele demasiado.»
    
    Mi mamá asintió, su cuerpo tenso pero dispuesto. Roberto comenzó a penetrarla lentamente, su pene lubricado y listo. Mi mamá soltó un grito ahogado, sus manos agarrando las sábanas con fuerza. «Duele, carajo, Roberto. Pero sigue,» dijo mi mamá, su voz entrecortada por el dolor y la anticipación.
    
    Roberto continuó moviéndose despacio, dando tiempo a mi mamá para adaptarse. Poco a poco, el dolor comenzó a transformarse en placer. Mi mamá empezó a gemir, sus movimientos se volvieron más fluidos. «Sí, así, Roberto. Me gusta. Me gusta mucho,» dijo, su voz llena de deseo. «Puedes ir moviéndote más rápido.»
    
    Roberto aumentó gradualmente el ritmo, sus embestidas se volvieron más profundas y rítmicas. Mi mamá, con los ojos cerrados y la boca abierta, tomaba aire entre gemidos. «Espera, espera,» decía, tomando aire profundamente. «Ok, sigue,» le decía a Roberto, su voz llena de determinación.
    
    Se notaba que comenzaba a disfrutar del placer intenso que recorría su cuerpo, aunque en ocasiones hacía gestos de dolor. «Más fuerte, Roberto. Dame más,» suplicaba mi mamá, su voz llena de lujuria.
    
    Roberto ...
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