Clases Particulares 4 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 4

... y me gira frente al público. Luego se pega por detrás y empieza a acariciarme por los costados. Sus manos están en todas partes. Luego invertimos posición y soy yo la que le sobo un poco. Damos la espalda al público y subimos los brazos. Contoneamos nuestros culos. Bajamos hasta ponernos casi en cuclillas. Ese gimnasio, que se note. Mónica pasa la mano por mi culo y lo magrea un poco. No me corto y la imito. Palmadas. Nos miramos y reímos. Y acabamos con el tradicional morreo entre las aclamaciones de todo el local.

Cuando bajamos Álvaro nos invita a todo el grupo a una ronda. Me he quedado dentro de la barra y sirvo yo mismo las copas. Mónica me sonríe y se lo que está pensando. Sí, yo también echo de menos esto. La verdad es que lo disfrutaba. A veces tocaba aguantar a algún borracho y eran bastantes horas de pie, pero se cobraba bien y siempre estuve muy cómoda, protegida. Álvaro vuelve a la carga y me pregunta si quiero empezar este finde. Me rio y le abrazo. Es un sol. Podría ser mi padre, me saca veinte años. Pero es atractivo, no puedo negarlo.

Nos quedamos hasta que encienden las luces y cierran. Son las cuatro de la mañana. Mónica me convence para que la espere y me lleve en coche a casa. Me despido del grupo. Todos me insisten en que salga más. La verdad es que me lo he pasado genial. Estoy eufórica. Lo necesitaba.

Ayudo un poco a Mónica y luego me siento en uno de los sofás mientras se cambia de ropa. Vuelve más cómoda con unos leggins y sudarera. Me ...

... despido también de Álvaro.

Cuando llego a casa son casi las cinco. Bebo agua en la cocina. La casa está en silencio. Sigo con un puntillo genial, no me apetece dormir. Lo que me apetece es…

Entro en la habitación. Se filtra algo de la luz de la luna por la ventana. Me desnudo en silencio. Alex duerme profundamente. Tiro del nórdico y lo destapo. Acaricio su paquete por encima de sus boxers. Luego los bajo. Cojo su polla con delicadeza y la empiezo a lamer despacito. Está flácida, claro. No quiero despertarle aún. Se revuelve, inquieto, en sueños. Con mi mano empiezo a pajearle. Muy lento. Meto el glande en mi boca. Salivo bien. La otra mano la tengo en mi coño. Estoy muy húmeda. Meto dos dedos y llevo la humedad a mi clítoris. Empiezo a masajearlo en círculos. Su masculinidad empieza a despertarse. Se hace grande en mi boca mientras recorro todo su tronco. Me encanta esta sensación.

- ¿Pero ¿qué…?

- Chsss.

Se ha empezado a incorporar, pero le tumbo de nuevo. Luego me monto horcajadas sobre él y me empalo. Empezamos un metesaca. Busco su boca y ataco su lengua con la mía. Cojo sus manos y las llevo a mi culo. Agárrame fuerte, suspiro en su oído. Me hace caso y magrea mi culo, separándome las nalgas y volviéndolas a juntar. Me encanta. Estoy muy excitada. Mi mano ha seguido jugando con mi clítoris mientras tanto.

Alex baja la mano y se empapa los dedos en mi humedad. Luego tímidamente lleva uno de sus dedos a mi entrada trasera. Doy un respingo. Tengo sentimientos ...